En este spin-off (título relacionado con la saga que no pertenece al canon numerado) la ambientación pasa a ocuparse de tres leyendas (tres campañas breves, tres niveles de dificultad) que poco tienen que ver con la simulación: El Rey Arturo, Sigfrido y Drácula. Se agradece el gesto por cuanto eso significa mayor variedad de unidades, interfaces y estilos visuales, por los maravillosos dragones y por lo que contribuye al espectáculo. Lo malo es que es el mismo camino que han recorrido ya incontables títulos de estrategia en tiempo real, como Tzar, por ejemplo.
En Legends la economía y el desarrollo ordenado de la fortaleza han perdido protagonismo en favor de los combates. Y estos no abundan precisamente en posibilidades tácticas, ni las campañas los dosifican con sabiduría, ni la IA es buena. Invisible War no tenía la personalidad de Deus Ex, pero al menos era un buen shooter. Legends no pasa de ETR vulgar. El ritmo irregular, la lamentable narrativa y la dificultad mal calibrada tienen buena culpa de ello. Una pena, pues las misiones son interesantes, aunque torpemente plasmadas.
Menos mal que en Firefly han hecho los deberes y han añadido un buen número de modos de juego, desde las escaramuzas a las batallas en serie pasando por dos clases de multijugador y un editor de escenarios. Así se convierte en un conjunto de sólida estructura, lo que maquilla la mediocridad de su contenido.
Hechizos sin magia
Puede que haya sido Peter Jackson el que nos ha malacostumbrado, o quizá comparta la culpa con Oblivion, pero el caso es que hoy día se asocia la fantasía con una banda sonora sublime y toda clase de virguerías visuales. El nuevo Stronghold se sale de esa línea.
Es de agradecer que (salvo por los 512 MB de RAM) los requisitos mínimos sean accesibles para una gran mayoría de usuarios y que la optimización permita disfrutar del juego a 40 cuadros por segundo constantes a 1280x1024 con todas las opciones gráficas a tope y un suave anisotrópico en un equipo de gama media. Pero no deja de ser exigible mayor espectacularidad, pardiez, que hay dragones surcando los cielos. En este sentido, Legends palidece si se compara con, por ejemplo, Batalla por la Tierra Media II y sus gloriosas animaciones.
Por las oficinas de Firefly no ha pasado Jeremy Soule, Leon Willet, Jeff van Dyck ni ningún compositor que derroche talento, así que habrá que conformarse con musiquilla con aire medieval y con unos efectos sonoros que no pasan de correctos.
Castellano para los castillos
No será este el título que abarrote las arcas de 2K Games, pero hay que reconocerles el enorme cariño que han puesto en su edición española. Traducido y doblado al castellano sin demasiados errores, la presentación es magnífica, incluyendo un manual ejemplar y una página web en la lengua del Cid. Hasta los parches para nuestra versión salen cuando deben.
En resumen
Su fantástica edición y sus muchos modos de juego apuntan maneras de juego grande, pero la pérdida de la esencia de Stronghold no ha sido compensada con la suficiente calidad.
Lo mejor: La edición española, muchos modos de juego, los dragones.
Lo peor: Ritmo y dificultad irregulares. Inteligencia artificial deficiente.
Alternativas:
• Stronghold
• Batalla por la Tierra Media II