Análisis de Postal 2 (PC)

Carátula Postal 2

Fecha de lanzamiento: 2003

Características: PC-Acción-1 vs. todos-Shooter-1º persona-Arcade-Tiempo actual

Distribuidor: Friendware

Productor: Whiptail Interactive

Desarrollador: Running With Scissors

Manual: Inglés.
Textos: Inglés.
Voces: Inglés.

Código PEGI: +18

Web oficial: Disponible

Requisitos: Windows 98/ME/2000/XP, Direct X 8.1, 733MHz, 128Mb RAM, Tarjeta de vídeo 3D de 32Mb.

 

Imagen 78 de Postal 2

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Análisis publicado el 12-06-2003 por Pablo.

No tiene la calidad técnica, ni libertad de acción de la saga GTA o su humor cachondo. Tampoco un gran guión y ni tan siquiera está doblado. Pero Postal 2 tiene algo, esta "cosa" es el juego más bruto que he probado jamás. Una rara combinación de salvajadas y humor negro que han servido para liberar al psicópata dormido que hay en mí. Algo maravilloso e irrepetible.

Una semana de furia

Postal 2 es un juego de acción en primera persona radicalmente distinto a todos los demás. Sus creadores, la empresa norteamericana Running with Scissors, ya fueron responsables de la primera entrega de este título, también polémica por sus "especiales características". Y lejos de amilanarse, potencian su idea inicial hasta límites insospechados, pese a su aparentemente notoria falta de conocimientos técnicos que sólo es equiparable a la cantidad de ideas salvajes que muestran en el juego.

Este título es uno de los primeros que usa el sistema europeo PEGI de calificación por edades. Por supuesto es sólo apto para mayores de 18 años por las grandes cantidades de violencia que ofrece, además de esporádicos consumos de sustancias prohibidas. Queda claro que los usuarios más sensibles o menores de edad deben permanecer alejados del programa. Aunque como sus autores afirman en la ventana que se abre al cargar, "sólo es un juego".

Conviene aclarar el origen del nombre del programa, ya que poca gente lo sabe en España. "Postal" viene de una expresión del inglés, "go postal", que quiere decir perder los nervios a causa del estrés y volverse loco. Fue lo que le pasó un desafortunado día a un cartero yanqui que se lió a tiros con el vecindario de manera salvaje, acuñándose la citada expresión. Ahora entenderás que el nombre del protagonista del juego sea The Postal Dude ("el tío pirao" haciendo una traducción libre), debido a su facilidad para terminar masacrando a sus vecinos, y no precisamente por ser cartero.

Exactamente lo que le pasa a Michael Douglas en la película "Un Día de Furia". Una pregunta: ¿Fue el autor de este artículo la única persona que pensó que el protagonista era "tonto del culo"? Seguro que no, tú también debiste pensar que nuestro amigo podría haber hecho muchas más burradas y al final, no hizo casi nada. Imagínate ahora jugando a Postal 2 con un chiflado que no tiene reparos en hacer algo que nunca llevarías a cabo en la vida real. Y a lo largo de cinco días nada menos, hasta llegar a un tremebundo "viernes apocalíptico".

Foto 1: Gary Coleman con una M16, los maleducados policías que no le dejan firmar autógrafos caen como moscas.

Foto 2: ¿Cómo saber que árbol cortar? Fácil, nos lo señala una luz verde desde el cielo. Lástima que al terminar tengamos que matar a unos 40 palurdos defensores de la naturaleza.

Foto 3: Un grupo islámico radical toma al asalto la iglesia de Paradise City. Obsérvese que un programador de Running with Scissors nos da fuego de apoyo con una M16.

Paradise City

Hablemos ya de los aspectos técnicos. A pesar de que no son particularmente importantes en el caso que nos ocupa, serán lo primero que verás y que peor impresión te causarán. Paradise City es un lugar vivo, con sus ciudadanos, policías, comerciantes y demás. Las dos diferencias más grandes respecto a las ciudades de, por ejemplo, GTA: Vice City, es que nadie va en coche y que... ¡parece un mapa de Quake!

No es una exageración, los escenarios son, por regla general, muy simples y de poca calidad. Algunas texturas sorprenden porque son tan malas que parecen sacadas de Duke Nukem 3D (1996), hasta el punto de preguntarte si el grafista de Running with Scissors es un incompetente que merece ser despedido (como el protagonista del juego, que trabaja en esta misma empresa y es despedido el primer día). Quién sabe, puede que por el contrario lo hayan hecho ex profeso para dar un mayor aspecto de cutrez.

Pero eso no es nada en comparación con el tamaño de los escenarios, de dimensiones reducidas y que obligan al motor gráfico a parar la acción cada cierto tiempo para ponerse a cargar al pasar de una zona a otra. Esto provoca que por una parte se ralentice el ritmo de la acción y por otra que los enemigos que te perseguían a un lado del mapa se "olviden" de ti tras terminar la carga (siempre que no sean la policía). Y eso sin contar con la rara sensación de deja vu de haber sufrido cosas similares hace años en los arcades pre-apogeo del 3D. ¿Recuerdas? Sí, en los que veías un bitmap en la pared al final del pasillo por el que estabas avanzado, justo antes de que empezase a cargar y en los que el cielo parecía el techo de un edificio muy alto.

Pero no todo es malo, ni mucho menos. Se ha utilizado la tecnología Unreal Warfare para el engine y se observan muy buenos detalles en la dinámica de fluidos (fuego, charcos, goteos). Además, los personajes, si bien algo inexpresivos y con frecuencia repetitivos, se mueven y mueren de una manera tan buena como curiosa.

¿Qué nos ofrece Postal 2?

Desde el punto de vista de un análisis objetivo, el juego parece (pero no lo es) más aburrido que un crucigrama. Tenemos unas cuantas armas normales y corrientes (pistola, escopeta, ametralladora) que ni son realistas ni están bien modeladas, unas cuantas más curiosas (tijeras que se lanzan, cócteles molotov, gasolina y cerillas, porra de policía, una pala) y alguna que otra locura (el cohete guiado que sigue a la gente allá donde se esconda y una cabeza de vaca). Los movimientos son normalitos (corre, anda, agáchate, salta y camina de lado). Lo único curioso es la posibilidad de suicidarte, metiéndote una granada en la boca (tecla K) o la posibilidad de sacarte el miembro viril y ponerte a orinar sobre cualquier cosa (¡no veas qué "gracia" les hace a algunos policías!).

La historia de las misiones no siguen precisamente los esquemas trillados del género: Ir a comprar leche, a votar, a mear sobre la tumba de papá, a devolver un libro o a pedir que Gary Coleman (el actor afroamericano bajito y famoso en series de TV antiguas) nos firme una de las autobiografías que está vendiendo en el centro comercial. Mientras tanto veremos cómo hay una ciudad con vida a nuestro alrededor, con distintos comportamientos de la IA de sus habitantes y distintos grupos sociales cuyo odio hacia nosotros irá en aumento día a día.

¿Cuál es la mejor manera de estar satisfecho sexualmente? Pues hay muchos sistemas, pero este juego nos permite hacer cosas realmente originales. Puedes empezar molestando a la chica de la camiseta naranja para que te dispare. No le devuelvas el fuego, sólo deja que la policía se ocupe de ella (foto 2) y como puedes ver en la foto 3 ya puedes echar un vistazo debajo de su falda. Lo demás "lo dejamos en tus manos".

¿Cuál es tu mayor sueño como psicópata?

Sin embargo, reitero que los aspectos técnicos no dejan de resultar un elemento secundario si el juego consigue engancharte. Y lo hace. La clave está en la libertad que ofrece para hacer el salvaje.

El lema del juego es "Postal 2, tan violento como tú quieres que sea" (aunque también le habría ido como anillo al dedo "Postal 2: despierta al loco que hay en ti"). Y cabe aplicarlo al pie de la letra. Podemos jugar tal y como queramos: ciñéndonos a los objetivos pacíficos de cada misión, sin entrar al trapo con nadie y evitar todo atisbo de violencia, o nos entretenemos con cada elemento mortífero que caiga en nuestras manos, explorando hasta el último recoveco del mapa y disparando la cotización bursátil de hospitales privados y fábricas de armas.

Resulta mucho más divertido hacer el loco, ya que el juego no es demasiado largo y si te pones a hacerlo todo "bien", puede que te lo acabes en unas horillas y te pierdas la salsa intrínseca a cada objetivo. Debe entenderse "la salsa" como ese conglomerado de pequeñas acciones absurdas, inútiles, innecesarias y poco gratificantes que haremos por mero placer y echarnos unas risas, aceptando sin reparos las cantidades industriales de humor negro que impregnan cada episodio.

Nada como pasar junto al desfile de una banda de música y, sin ninguna razón, disparar al aire para que los elefantes que van detrás se asusten y los aplasten a todos. Atracar las tiendas de comida, asaltar la comisaría de policía con una escopeta, irrumpir en un domicilio particular atravesando la ventana y aniquilando a sus ocupantes para robarles mientras chillan desesperados... Son sólo algunas perlas de las muchas diseminadas a lo largo y ancho de la geografía de Paradise City.

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