Música
Los pocos temas musicales con los que cuenta este título, son en un principio agradables pero lo cortos que son y el efecto loop de muchos de ellos harán que cambiemos rápidamente de localización, no tanto para seguir avanzando en el juego, sino para dejar de aburrirnos con el mismo tema una y otra vez, pasando entre tema y tema a largos momentos de silencio absoluto.
Los efectos sonoros son los básicos para este tipo de juegos, sin ningún tipo de añadido más. Estos se basan en el sonido de caer al agua, golpear con la rama, correr y el sonido de algún animal (parte necesaria, porque muchas veces necesitaremos imitar el sonido de algunos animales para avanzar).
La buena voz del doblaje en español del anciano de la tribu, rompe con la átona voz de Brave, que parece más la de un niño de 3 años y no expresa ni rabia, ni dolor, ni emoción alguna. Al menos la sincronización labial está bien conseguida.
El juego
Brave: A Warriors’s Tale intenta conseguir una mezcla de estilos de plataforma, bebiendo mucho de Spyro de Dragon y sobre todo de Kameo, en el uso de la vista en primera persona y la adquisición de habilidades del personaje.
Podremos controlar un animal, manejar canoas, escapar corriendo tipo Indiana Jones y el típico uso de saltar de plataforma en plataforma. Esto, que consigue un máximo esplendor en otros juegos de plataformas como Super Mario Galaxy, aquí no acaba de cuajar por los mil y un fallos técnicos que sufre. El desarrollo va fluyendo con el aprendizaje de nuevas habilidades, las cuales vamos adquiriendo según se desarrolla el juego. Esto sería novedoso, si no fuera que las habilidades son las que se suponen básicas desde un principio, como escalar, bucear, golpear, etc. Además, en mitad del juego y sin avisar, se corta rápidamente la actividad para que la información, a veces necesaria y otras no tanto, aparezca, aunque estemos en mitad de un combate, haciéndonos perder la concentración del momento para después volver sin previo aviso.
La dificultad tiene la facultad de ser intermitente y radical, pasando de momentos clave con una sencillez parvularia, a desplazarnos de una plataforma a otra en una estancia sencilla con una casi imposibilidad material, haciéndonos en más de una ocasión, hacer un amago de tirar el mando contra cualquier superficie cercana.
Conclusión
Un juego que merece ser tomado en cuenta a la hora de evitarlo y tener la tentación de comprarlo por su simpático protagonista y las reminiscencias a la cultura amerindia. De nulo placer para un adulto, para un niño simplemente sirve para tapar un hueco en su videoteca, un hueco que nunca será destapado porque la mayoría de juegos infantiles y de plataformas que hay en el mercado para Xbox 360 son mucho mejores. A nivel cultural, completamente errático al mostrar a los amerindios como destructores de la naturaleza y hechiceros. A nivel juego, mal optimizado, gráficos pésimos, argumento cogido con pinzas y a nivel jugable totalmente frustrante. No podemos decir que es un “pudo ser y no fue”, sino que es más bien un “no lo es, ni podría serlo, pero intento colarme”.
