Podría decirse que es un juego de estrategia en tiempo real, con toques de rol, quizá también con algo de vida virtual, y sobre todo, con un componente añadido que permite hacer útil la creatividad del jugador, la posibilidad de dar forma a las unidades que vamos a utilizar, escoger los rasgos de nuestro personaje e inventar la apariencia y características de los vehículos y edificios de nuestra civilización. Para ello nos valdremos de los editores del juego, que permitirán moldear desde la célula inicial hasta los vehículos espaciales, pasando por las criaturas intermedias en la evolución y los edificios de sus ciudades.
Spore consta de varios editores con los que podremos dar vida a creaciones completamente nuevas y originales, y jugar con ellas en lugar de con unidades predeterminadas.
En la primera de las cinco fases del juego, a quien deberemos moldear será a nuestra frágil célula, con pocas opciones, pero a medida que se avance, el abanico será mucho más amplio y las posibilidades de hacer un ser vivo idéntico a la de otro jugador es casi nula, a pesar de que el universo del juego cuenta ya con más de 30 millones de creaciones, dada la cantidad de variables que se dan al crear una criatura.
Si bien el editor de criaturas es una herramienta muy potente, y a pesar de la total maleabilidad del cuerpo inicial (lo que será la columna vertebral de nuestra creación), se echan en falta algunas partes ya diseñadas para añadir. El proceso de crear una criatura viene a resumirse de la siguiente manera: dar forma al cuerpo, añadirle las partes oportunas y cambiar si se desea el tamaño de éstas, y por último darle un color a la piel del personaje. Sin embargo, a la hora de añadir partes están ausentes algunas que hubieran sido muy populares, como una boca de felino o de cánido. Aún así, la variedad es grande y garantiza que al menos una de las partes disponibles nos complacerá.
Más adelante, en fases intermedias del juego, podremos dar los últimos retoques a nuestra criatura, añadirle armaduras u otros detalles (algunos sólo son estéticos, y otros redundan en las capacidades de nuestra creación). Llegará un momento en que nuestra criatura habrá evolucionado hasta su cénit y a partir de ahí deberemos dedicarnos a otros menesteres; con tu criatura totalmente evolucionada, es hora de crear los vehículos y los edificios de la civilización.
El editor de edificios nos permitirá crear casas, fábricas y centros de ocio. El diseño de estas edificaciones puede ser tan estrambótico como se desee, y una vez más, las numerosas opciones de personalización auguran ratos divertidos imaginando y poniendo en práctica esa idea descabellada de fábrica que nos ha venido a la mente.
En cuanto al editor de vehículos, en primera instancia tendremos que ocuparnos de los terrestres y los marinos. Más tarde, de los aéreos, para colonizar otros continentes. Y cuando nuestro planeta se nos quede pequeño, será hora de crear una nave espacial y explorar la inmensidad del cosmos. ¿Quién dijo que estábamos solos en el universo?