Recuerdo como Ãbamos por los bares pidiendo chapas, mirando en el suelo por si encontrábamos alguna y al conseguirla la pasábamos arrastrando por las paredes de los edificios para que esta adquiriera más velocidad y como con un trozo de escayola o yeso, pintábamos en el suelo el campo de fútbol.
Muchos de nuestros amigos tenÃan por afición comprar cromos de la liga y usaban los cromos repetidos para pegarlos dentro de las chapas y de esta manera, tenerlos más personalizados.
PlayChapas Football Edition es un juego de chapas que quizás no rememora esos tiempos pasados jugando en la calle, pues su planteamiento es mucho más profesional, recordando sobre todo a los campeonatos de chapas profesionales como los disputados en este paÃs que cuentan con su propia liga.
Al iniciar el juego encontramos dos apartados principales, que son Colección y Modos de juego.
En Modos de juego tenemos:
Partida Rápida
Modo Competición: Jugaremos varios desafÃos en los que probaremos nuestra punterÃa y habilidad que desbloqueará ciertos Ãtems. Tendremos un total de 34 niveles.
Modo Compartir: Para cambiar las chapas con los amigos.
Modo Split: En este apartado podemos jugar varios jugadores con la misma PSP, pasándola por turnos.
Modo Versus: Jugaremos contra otro amigo, cada uno con su consola
En Colección tenemos:
Mi equipo: En el cual gestionaremos nuestras chapas y los jugadores
Taller: Donde podemos elegir las caracterÃsticas de peso y deslizamiento de las chapas y editarlas
Mi colección: Aquà aparecerán los elementos desbloqueados de otros modos de juego que posteriormente podremos utilizar en el apartado “Taller”.
Personalizar Chapas: Como su nombre indica, nos permite personalizar las chapas, cambiándole los colores, el dibujo interior y exterior e incluso el número dorsal.
Los efectos de sonido son simplemente correctos, con el choque de las chapas y poco más, lo que se hacen un poco escasos y repetitivos. Las música, en el que está incluido grupos españoles como Melocos, Sidecars, Jaula de Grillos y Sin Rumbo, recuerda mucho a los años 80, envolviendo al juego de una agridulce sensación melancólica.