De nuevo regresa Mario, esta vez practicando una nueva modalidad deportiva, ¿cómo? ¿Qué creíais, que ya había practicado todo tipo de deporte? Pues os tengo que decir que no. Pero no sólo regresa él, todos sus amigos lo acompañan en esta nueva competición, donde los mates, tiros de 6,25, bloqueos y pasos harán las delicias de todos los fans de Mario y del basket.
Impactante
Es lo primero que nos vendrá a la cabeza tras jugar unos primeros minutos al juego de la DS. Nada más encender la portátil, ya llama la atención el aspecto visual, con unos menús muy dinámicos y atrayentes, y con explicaciones a rasgos generales de como se juega. Pero lo mejor está por llegar, cuando estamos en la pista para disputar un primer partido de entrenamiento, con un apartado gráfico excelente, un nivel de colores muy vistosos, unas animaciones bastante conseguidas y esa ambientación característica que los fans de Nintendo sabrán agradecer.
Los modos serán muy diversos: retos, copa, amistoso y multijugador. Tendremos la posibilidad de realizar un entrenamiento previo para poder hacernos con el control, ya que de carecer de dicho modo, sería muy complicado jugar al título en condiciones. El apartado sonoro, no se queda atrás tampoco, y raya a muy buen nivel, tanto las músicas que nos acompañan por los menús y partidos, como los FX de los jugadores y acciones que realizaremos durante el trascurso de las copas y exhibiciones.
¡Qué deportista nos ha salido este chico!
Una de las frases que seguramente habrá dicho la madre de Mario en más de una ocasión; y es que la principal "mascota" (Link me tendrá que perdonar) de Nintendo ha practicado infinidad de deportes (tenis, beísbol, fútbol y golf) y el baloncesto no podía ser una excepción. Así que esta vez, nos encontramos en el Reino Champiñón dispuestos a jugar al basket pero olvidándonos de las reglas convencionales de este noble deporte (no de todas ojo), así que los que busquen un simulador deportivo en este cartucho, se llevarán una soberana decepción, ya que el juego pretende ser divertido y un arcade afín a la filosofía de la compañía nipona.
Los partidos se desarrollarán en diferentes escenarios muy coloridos, con infinidad de elementos característicos de los juegos de Mario, todos ellos muy diversos y diferentes, donde dos equipos de tres jugadores se enfrentarán para ganar el partido. Como regla básica en cualquier juego competitivo, gana el que tenga más puntos; pero dicha puntuación no se rige a lo visto en el basket, en este caso, debemos recoger monedas por la pista para que nuestra ratio de puntuación sea aún mayor, es decir, si no cogemos ninguna moneda durante nuestra posesión del balón y encestamos, tendremos 20 puntos en nuestro casillero (30 puntos a partir de la línea de 6,25); la cosa cambia cuando cojamos monedas por el camino (durante el partido), siendo un número mayor de puntos los que se añadan si conseguimos introducir el balón dentro del aro. Para conseguir dichas monedas, tenemos que fijarnos en el suelo de la cancha, donde existen unos recuadros interrogativos, una vez tengamos el balón en nuestras manos, es hora de conseguir las susodichas monedas; para ello, tenemos que pararnos sobre ellas y botar el balón dentro, impidiendo también que nuestro equipo rival nos quite la amada pelota. Para botar la pelota, tenemos que tocar repetidas veces la pantalla táctil con el stylus, en la dirección correcta para impedir que nos roben el balón, esto hará que suba la cantidad de monedas necesarias para la puntuación final en caso de anotación (encestar). Además de monedas en los cuadros interrogativos, también existen otros elementos bien diferenciados, tales como trampas u objetos defensivos o de ataque, por poner un ejemplo, existe un caparazón que podemos arrojar sobre nuestro enemigo para quitarle la posesión del balón.
Decir que todo, absolutamente todo, excepto dirigir al personaje, se realiza con el lápiz táctil de la Nintendo DS. Si queremos driblar, tendremos que dirigir la cruceta de control en la dirección que queramos pero tocando la pantalla táctil mientras nuestro jugador se encuentra con el balón entre las manos, esto hace que el balón siga votando. En el caso de que queramos parar para realizar otra acción, y dejemos de tocar la pantalla, entonces nuestro jugador dejará de botar la pelota y no podremos seguir driblando (como en el baloncesto de toda la vida), y tendremos que pasar la bola a otro compañero o realizar un tiro. Para los pases, deslizaremos el lápiz hacia la derecha o izquierda, dependiendo a donde esté nuestro compañero de equipo. Aquí se encuentra el primer inconveniente del cartucho de la DS, y es que el pase se realiza al primero que se encuentre en esa dirección, con lo cual si quieres realizar un pase a uno que está a la izquierda de otro que está a su vez a la izquierda, el pase no va dirigido a él, aunque es un mal menor, al igual ocurre con los pases diagonales. El pase va al compañero más cercano a tí en la dirección deseada, con lo cual, si te encuentras en un ala, y tienes a tus dos otros jugadores a tu izquierda, el pase irá, y es la sensación que da, al azar. Para tirar, deslizaremos el stylus de abajo a arriba; éstos serán los tiros normales, pero como no podía ser otra, también tendremos a nuestra disposición un amplio número de tiros especiales, que valdrán 40 puntos independientemente de la zona donde se haya realizado (a esto añadir las monedas recolectadas). Cabe destacar que cada personaje del juego tendrá su propio tiro especial, que se realizará efectuando un símbolo en la pantalla táctil con el afamado lápiz. Para robar el balón, realizaremos la acción contraria al tiro (deslizar el lápiz de arriba a abajo), para saltar (eso sin tener la posesión), deslizamos también de abajo a arriba. Estas últimas funcionalidades aporta originalidad y diversidad al juego.
