Llevaba tiempo escuchando hablar muy bien de una aventura grafica “made in Spain”, desarrollada por Pendulo Studios (creadores también de Hollywood Monsters). La vi multitud de veces en las estanterías pero jamás llegue ha hacerme con ella, no sé si por el miedo a encontrarme con otra seudo aventura gráfica (de esas a las que nos tienen acostumbrados últimamente) o por la fiebre que en aquellos tiempos sólo me permitía jugar a títulos de acción en primera persona (FPS) y derivados.
Pero todo cambio con la salida de Runaway 2. Llegó a mis oídos que Fx Interactive se había vuelto a superar a si misma, acababa de lanzar la secuela de Runaway a un precio que podemos catalogar como “de risa” hoy día; 19,95 €. El juego venía con un manual a todo color de presentación inmejorable, con libro de artwork (como si de una versión de coleccionista se tratase) y por si todo esto fuera poco, incluía un DVD adicional con la primera parte de la saga, Runaway, A Road Adventure. Todo esto sumado al precio, lo hacia irresistible. No tenía excusas, tenía que hacerme con una copia sí o sí.
Antes de empezar a jugar a Runaway 2, lo lógico (para quien no lo haya hecho antes), sería comenzar por la primera parte. Si somos un poco flojos, o simplemente queremos que nos refresquen la memoria, estamos de suerte, porque se incluye un completo resumen de la primera parte del juego. Como curiosidad; Brian Basco, nuestro protagonista, ha pasado de ser una rata de laboratorio con gafas de pasta negra y libros de física debajo del brazo a vestir como un chulo de playa en un chiringuito.
Pero vayamos al grano; todo comienza con Brian lanzando a Gina desde un avión. Tras unos segundos de confusión y después de una breve recapitulación, descubriremos que Gina había convencido a Brian para ir de vacaciones a la paradisíaca Isla Mala (Hawai), y durante una excursión a unas ruinas el piloto del avión muere fulminado por un ataque al corazón, cosa que no es de extrañar debido a que, por su aspecto, más bien parecía un veterano piloto de la Primera Guerra Mundial. Brian se ve obligado a ceder el único paracaídas del avión a Gina (todo un acto de caballerosidad por parte de nuestro protagonista) y empuja a ésta fuera del avión, precipitándose Brian hacia la selva dentro de un montón de chatarra volante.
Instantes después, Brian despierta en medio de la espesa selva junto al avión estrellado, sin brújula y sin la más remota idea sobre como volver. Aquí es donde comienza la trama de conspiraciones militares, alienígenas, tablas de surf y camareras en tanga, y en donde los puzzles y como no, el humor característico de Runaway, no faltan.
JugabilidadRunaway 2 es una aventura gráfica al estilo de la vieja escuela: nada de controlar al personaje con el teclado, mini-juegos o gráficos en 3D con extraños ángulos de cámara.
Aquí volveremos a hacer uso del llamado “Píxel-Hunting”, por lo que tendremos que valernos de nuestro ratón y agudeza visual (y a veces paciencia) para encontrar puntos en el escenario con los que poder interactuar. El mayor defecto de este sistema es que, a veces, esos píxeles con los que interactuar son tan difíciles de encontrar que puede llegar a desesperar a más de uno. Poco o nada más se puede decir ya de este veterano método de control, basado en el ratón, que se remonta hasta la época de las primeras aventuras gráficas.
Si hay algo que flojea eso son los puzzles. Comparados con los ingeniosos acertijos de la primera parte, estos son más bien simplones. Algunos son demasiado obvios, demasiado fáciles, cosa que sumado al sistema de pistas que incorpora el juego, pone las cosas sinceramente fáciles para los más veteranos en este género. Todo parece indicar que esta secuela está más orientada hacia el gran público. Reconozco que para completar la primera parte he tenido que echar mano de alguna guía, pero la segunda parte se puede resolverse sin guías, simplemente, acudiendo de vez en cuando al sistema de pistas. Éste es, quizás, el culpable de que el juego pierda parte de su gracia al no tener que patearnos (literalmente) el escenario mil y una veces, entablando conversaciones, recombinando objetos y accionando palancas.
Eso sí, no podemos reprochar a Runaway 2 el hecho de tener puzzles retorcidos y abstractos, cosa que yo personalmente agradezco mucho en este tipo de juegos, donde un mínimo de lógica siempre es de agradecer si no queremos desesperarnos.