Análisis de Bayonetta (PS3)
Fecha de lanzamiento: 08 de enero del 2010
Características: PS3-Acción-1 vs. todos-3º persona-Tiempo actual-Estilo japonés-Fantástico
Distribuidor: Sega
Productor: Sega
Desarrollador: Platinum Games
Precio: 39.95€
Manual: Castellano.
Textos: Castellano.
Voces: Inglés.
Código PEGI: 18+
Web oficial: Disponible
Análisis publicado el 27-07-2010 por Raven.
Durante la Edad Media, la Santa Inquisición inició una caza de Brujas a lo largo y ancho de todo el continente europeo. Con su brazo armado se encargaron de ajusticiarlas y, en teoría, las erradicaron de la faz de la Tierra. Pero a pesar de tales esfuerzos, una de ellas consiguió escapar. Su nombre, Bayonetta. Ahora, 500 años después se ha despertado y solo busca algo tan simple como las venganza. ¿La echamos una mano?
Nunca portarse mal fue tan divertido
Nos encontramos en un funeral. Un malnacido acaba de morir, y salvo un charlatán que lo quería ver muerto y una monja que está rezando, nadie más parece echar de menos la pérdida del pobre infeliz. En ese momento, desde cielo desciende un escuadrón de ángeles dispuesto a llevarse el alma del finado cuando nuestra monjita descubre su verdadero rostro. Tras una sensual presentación, Bayonetta empieza a sacudir mamporros a la escuadra divina hasta que la aniquila.
Y es que ha llovido mucho desde la Edad Media. Y aunque estos más de 500 años en letargo han provocado que Bayonetta olvide quién es, el leve recuerdo de una determinada joya es razón más que suficiente para que merezca la pena encontrarla. Al fin y al cabo, es lo único que la queda que la una a su pasado. El problema es que las huestes celestiales no tienen tampoco demasiado interés en que Bayonetta recuerde, y harán todo lo posible para acabar con ella antes de que encuentre su pedrusco… y recupere la memoria.
Cuando pelear con tacones no resulta complicado…
El funcionamiento de Bayonetta es muy simple. Hay que llegar del punto 1 al punto 2 quitando del medio a todo lo que se interponga y evitando que nuestra barra de vida se acabe. El cómo lo consigamos, se deja a la elección del que tenga el pad en ese momento.
Y es que Bayonetta es eso, una orgía de golpes, disparos, combos y mega-combos. Todo ello rodeado de halo de sensualidad e insinuación a los que no estamos acostumbrados. Porque no nos engañemos, Bayonetta es una atractiva jovencita de 500 años (nótese la ironía del redactor), enfundada en un traje del que emana gran parte de su poder, pero que está ajustado como un guante a su estilizada figura, destacando aquellas partes de su anatomía que, desde luego, no pasan desapercibidas. Pero no queda todo ahí, ya que sus movimientos, sus posturas y gran parte de sus ataques nacen de esa imagen lasciva que se deja entrever en el propio carácter de la protagonista.
Y como los malos siempre son más atractivos que los buenos, Bayonetta desata toda su crueldad para deleite del jugador. Las muertes que consigamos pueden llegar a ser realmente dolorosas para los pobres infelices que las tienen que sufrir. Porque aparte de dirimir las cuestiones a puñetazo limpio, nuestra querida heroína carga con cuatro pistolas, dos en las manos y oras dos en sus elevados tacones. Dependiendo del combo y la posturita adecuada, los cuatro cañones pueden ser disparados a la vez. Pero no todo queda ahí. Hay una serie de eventos, llamados muertes tortura en los que Bayonetta se recreará graciosamente. Si la Inquisición acabó con sus hermanas de una forma muy sanguinaria, las mismas técnicas acabarán con las huestes divinas.
Para los enemigos más duros, los jefes de final de fase, Bayonetta les tiene preparado una última sorpresita, los ataques clímax. Para desencadenar toda la potencia ofensiva, el traje de la protagonista se reducirá a la mínima expresión y junto con su pelo, convertirán a la fémina en algo mucho más poderoso por un instante, el suficiente como para propinarle al enemigo un golpe casi letal.
Aparte de ser una luchadora excepcional, hay otra serie de habilidades de las que haremos uso a lo largo de la partida. La primera de ellas es la de transformarse en un animal para poder alcanzar lugares que de otra manera no sería posible. Las otras tienen más que ver con el combate, como la posibilidad de experimentar un tiempo bala al esquivar un ataque enemigo o ser capaz de caminar por techos y paredes como si la gravedad no tuviera nada que ver.
Vamos, que hay muchas formas de matar a los muchísimos y detallados enemigos a los que haremos frente a lo largo de 17 capítulos, que si bien pecan de algo cortos, el resultado global a nivel artístico y de argumento, cumplen sobradamente con lo que podíamos esperar de este título.
