Análisis de FIFA 11 (Xbox 360)

Carátula FIFA 11

Fecha de lanzamiento: 30 de septiembre del 2010

Características: Xbox 360-Deportes

Distribuidor: Electronic Arts

Desarrollador: EA Sports

Precio: 66,95€

Manual: Castellano.
Textos: Castellano.
Voces: Castellano.

Código PEGI: +3

 

Imagen 10 de FIFA 11

Imagen 9 de FIFA 11

Imagen 8 de FIFA 11

Imagen 7 de FIFA 11

Imagen 6 de FIFA 11

Imagen 5 de FIFA 11

Imagen 4 de FIFA 11

Imagen 3 de FIFA 11

Imagen 2 de FIFA 11

Imagen 1 de FIFA 11

Análisis publicado el 05-11-2010 por Zarten.

Como cada año, una de las cosas más esperadas es el arranque de la temporada de fútbol. Ese deporte rey que mueve millones de seguidores, euros y tantas otras cosas. Y prácticamente de la mano, tanto en la llegada como en la expectación, se presentan también los consecuentes videojuegos basados en esa actividad, actualizados con las nuevas plantillas, equipos, competiciones, normas, etc., y aderezados con cada vez más novedades, opciones, modos de juego y características multijugador.

En ese barco de juegos dedicados al deporte rey está FIFA 11, la nueva entrega del simulador de fútbol de EA Sports. Todos sabemos que antaño fue el más laureado, que después perdió su trono ante un Pro Evolution Soccer que le dejó a la altura del betún y que, en los últimos dos años, parece que de nuevo ha recuperado el liderato. Lo que habrá que ver ahora es si puede mantenerse en lo más alto, o si bien acusa un exceso de confianza típico de los que se saben los mejores.

Para intentar mantenerse, lo mejor que pueden hacer desde EA es seguir como hasta ahora, puliendo los fallos y errores de la anterior edición para así intentar conseguir que jugar una partida a FIFA sea cada vez más parecido a ver un partido en directo.

En principio, FIFA 11 se presenta con muchas novedades. Tenemos así el Pro Passing y el Personality + (de las que hablaremos más adelante), la posibilidad de manejar al portero y los partidos de 11 contra 11 online. También se ha hecho hincapié en mejorar los puntos débiles de entregas anteriores, como son la física el balón o el tempo del partido. Y, obviamente, como cada año, ha habido mejora en la iluminación, los gráficos, el modelado de los jugadores y un aumento en las licencias, tanto de jugadores y equipos como de competiciones. ¿Lo habrán conseguido entonces?

Jugabilidad

La jugabilidad de esta edición se mantiene con respecto a la del año pasado, pero con cierto número de novedades. Estas novedades se apoyan en cuatro pilares básicos, que son el Pro Passing, el Personality +, el novedoso manejo del portero y la lucha cuerpo a cuerpo.

Comenzando con el Pro Passing, tenemos que se acabó el que todos los pases lleguen a buen puerto con tan sólo pulsar un botón e indicar la dirección. Ahora los pases se parecen más a los disparos, e influirán la potencia, la posición del cuerpo, quién sea el jugador que lleve la pelota, la velocidad a la que éste se esté moviendo, si está siendo presionado, etc. Sin duda, una novedad que se presenta con un único objetivo: buscar el máximo realismo posible.

Por otro lado está el Personality +, que como explicaré más adelante, no sólo sirve para diferenciar a los jugadores en el aspecto, sino que también lo hace en las habilidades y el estilo de juego para parecerse lo máximo posible a lo que existe en el mundo real. Si el jugador es rápido, en el juego será rápido, y actuará tal y como lo hace su homónimo de carne y hueso.

Por contra, es una pena que no se hayan inventado algo similar pero aplicado a los equipos en general. Inventando un poco, se podría llamar Team +, y serviría para dotar de un poco de personalidad a cada equipo para que actuase como en la realidad. Y es que no todos los equipos juegan igual: unos presionan muy arriba, a otros les va el cerrojazo, otros usan mucho las bandas, etc. Eso en FIFA 11 no se ve, y es, sin duda, un aspecto muy a tener muy en cuenta para próximas ediciones.

En FIFA 10 teníamos la sensación de ver un partido casi real, excepto por cosas extrañas que sucedían a veces, y ahora esa sensación aumenta. Todos los jugadores siguen su propio ritmo del partido, y en una misma jugada podemos ver muchas cosas diferentes, y casi todas con lógica y sentido. La lucha por el balón es lo que más deja con la boca abierta, ya sea de cabeza, con brazos o caderas, y siempre dependiendo de la velocidad con la que se llegue a la jugada, la fuerza, la situación o el jugador implicado. La mayoría de las veces, el éxito de una jugada o de una recuperación dependerá de si se gana la posición antes de llegar a la pelota. Dicho esto, sobra decir que prácticamente nunca se darán dos situaciones iguales.

Sumando estos tres aspectos, obtenemos un sistema de juego mucho más difícil de lo que era en la edición anterior. Las pérdidas de balón será mucho más frecuentes, los pases se errarán contínuamente y será complicado traspasar las defensas rivales. Por ello, si no queremos sucumbir a la presión contraria y desesperarnos por apenas llegar al 10% de posesión, es recomendable empezar en niveles de dificultad bajos, ajustando las opciones para un control más sencillo. Después, más adelante, ya habrá tiempo de ir subiendo hasta tener las narices de intentar ganar un torneo en modo Galáctico.

En lo que respecta al portero, el manejo que se ha implementado es sencillo, pero eficiente. Se basa en la colocación y en los reflejos, como en la misma realidad. Eso sí, al menos podremos elegir si el portero se lanza automáticamente hacia el lugar donde va el balón o si se deja en manual. Hay que ir poco a poco, porque no es sencillo. Además, esta novedad implica también la inclusión del portero en el Modo Jugador, donde controlaremos exclusivamente al portero del equipo, aunque se nos permitirá dar órdenes sobre los pases, tiros o la presión.

Mención aparte hay que hacer de los modos de juego, porque como cada año, son muchos y bastante variados. Se mantiene lo que había, aunque en algunos casos con cambios de nombre o añadidos, y además aparecen nuevas posibilidades.

El modo Manager, ahora conocido como modo Carrera, es el plato fuerte, aquél que consiste en comenzar a jugar con un equipo y que se prolonga durante 15 temporadas en las que hay que afrontar la gestión total de la escuadra en todas las competiciones (bueno, en aquéllas para las que se clasifique). Sin embargo, en FIFA 11 lo de gestión total no es del todo correcto, ya que ahora se ofrecen tres posibilidades de juego: Jugador, Entrenador y Jugador-Entrenador. En realidad, la novedad es poca, porque el modo Jugador es el Conviértete en Profesional de antaño (con el añadido de poder elegir al portero), el modo Entrenador ofrece las mismas posibilidades que el antiguo modo Manager (tácticas, fichajes, jugar los partidos, etc.), y el modo Jugador-Entrenador es tal cual una combinación de los dos anteriores.

Las demás opciones son las mismas de FIFA 10, sin cambios. Partido rápido de 1 o varios jugadores, competiciones, ligas, copas, partidos internacionales... También se mantiene la opción Live Season, esa característica de pago que nos actualiza el juego a través de internet con todo tipo de estadísticas, resultados o medias de los jugadores. Interesante, pero repetimos, de pago.

En cuanto al apartado online, también se mantiene lo que había, aunque añadiendo la posiblidad de jugar partidos de 11 contra 11, algo que puede resultar ser una auténtica locura. También es una novedad el Vestíbulo de Partido, ideal para tener acceso a estadísticas de competiciones o para gestionar partidas mediante el clásico método de crear o unirse a salas. Mucho más cómodo.

Finalmente, no puedo dejar de lado el modo Clubes Pro, que viene siendo como el Conviértete en Profesional online, donde juegas los partidos siempre con tu jugador, que irá mejorando y evolucionando según su actuación, como si fuera un juego de rol. Incluso podemos ponerle nuestra cara gracias al sistema de edición del jugador, accesible desde cualquier punto gracias al Creation Centre, un aplicación online que ofrece muchas posibilidades, desde editar el jugador hasta añadir cánticos personalizados. Eso sí, que nadie se espere un gran editor, porque es bastante del montón.

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