Requisitos: Windows 2000/XP, Procesador de 1.6 GHz, 512 MB de RAM, lector de DVD, tarjeta gráfica con 64 MB (compatible T&L), 2.5 GB de espacio libre en el disco duro, tarjeta de sonido compatible con DirectX 7
Requisitos recomendados: Windows 2000/XP, Procesador de 2 GHz, 512 MB de RAM, lector de DVD, tarjeta gráfica con 128 MB (compatible DirectX 8), 2.5 GB de espacio libre en el disco duro, tarjeta de sonido compatible con DirectX 7
¡Saludos Tribuno! El Imperio necesita de tu talento. Las campañas en las tierras Cartaginesas no están saliendo como el César pensaba. Nuestros ejércitos están teniendo verdaderos problemas de suministro y cada vez nos cuesta más mantener las posiciones. Necesitamos que te traslades a la zona, y con tu experiencia, consigas crear un enclave fuerte y próspero desde el que nuestras tropas puedan abastecerse.
¡Honor y Gloria!
Cuando Rómulo y Remo sentaron las bases de lo que sería Roma nunca pudieron imaginar hasta donde se extendería su poder e influencia. Ahora nos toca a nosotros ayudar a que ese esplendor siga aumentando. Desde nuestra humilde posición como gobernante de una ciudad más del Imperio, deberemos cumplir las misiones que se nos encarguen para contribuir al esplendor general del mismo. Al principio serán cosas sencillas. Cuatro tablones de madera y un poco de agua para todos, pero después deberemos conseguir ciudades prósperas y fuertes, donde los ciudadanos se sientan como si estuviesen en la mismísima Roma.
Creando un Imperio
CivCity Roma es un buen gestor de ciudades ambientado en la época de esplendor del fastuoso Imperio Romano. Viene firmado por Firaxis y eso ya nos denota un cierto grado de confianza. La sombra de Civilization se deja sentir, y de hecho, algunos elementos se denotan de la misma manera que en el juego que le presta el prefijo.
Para todos aquellos que jugaran a Caesar III, este título les traerá muy gratos recuerdos. A grandes rasgos, nos encontramos delante del mismo perro, pero con un collar mucho más bonito.
Obviando las misiones de aprendizaje, siempre se nos dará a elegir entre dos destinos. Uno pacífico en donde el esplendor y la elegancia de las calles serán objetivos prioritarios, y otro en una zona conflictiva, donde la supervivencia del enclave y una prosperidad mucho más moderada serán los retos a conseguir.
Una vez ya sobre el terreno, en la gran mayoría de los casos, nos encontraremos ante un gran solar. Hay que empezar desde cero. Colocamos el centro de la urbe y empezamos a colocar chabolas y servicios para atenderlas. Nuestros ciudadanos primero pedirán agua para saciar su sed, después querrán carne para comer y como ven que cada vez que abren la boca se les conceden sus peticiones, seguirán con su mala costumbre de seguir pidiendo cosas. Aceite de oliva, cítricos, pan, vino… A la vez que contentamos sus inquietudes culinarias pedirán otros bienes. Primero serán ropas para quitarse sus harapos, después querrán templos donde rezar, luego baños y termas, médicos, hospitales, espectáculos… vamos, una joya de ciudadanos.
Dependiendo de nuestra posición en el mapa, necesitaremos determinados recursos que no somos capaces de producir, y por tanto, nos tocará importarlos. Para aliviar esa tensión y equilibrar la balanza comercial, algunas ciudades vecinas anhelarán ciertos bienes que nosotros amablemente y por un módico precio les venderemos.
Por suerte, a medida que solucionamos las necesidades vitales de nuestros romanos, ellos irán aumentando su estatus social y por supuesto, sus aportaciones al fisco. Sus casas cambiarán, lo que eran unas cutres chabolas se convertirán primero en chozas, luego en ínsulas, domus, villas y palacios. Estos cambios, algunas veces simplemente son modificaciones en sus casas, pero otras implicarán necesitar un nuevo emplazamiento, que por supuesto necesitará de todos los anteriores servicios y además de algunos nuevos.
En seguida te darás cuenta de que lo que empezó siendo un humilde barrio de clase trabajadora, se ha convertido en un asqueroso, pero pudiente, barrio rico. Que las cuatro calles que necesitabas antes se han convertido en varias manzanas llenas de tiendas y servicios; y que para seguir atendiéndoles empiezan a existir ciertos problemas de espacio para colocar las infraestructuras necesarias. Por ello, al empezar a plantear la planificación urbana, es necesario que no sólo construyas de acuerdo a las necesidades básicas, sino a las futuras.
La seguridad ciudadana también será una de tus preocupaciones. Al principio serán los animales salvajes los que amenacen a tus trabajadores, pero después serán los incendios forestales. En algunas misiones incluso existirán enemigos que querrán convertir nuestra magnífica obra en un campo de escombros. Para estos últimos necesitaremos construir fuertes en donde albergaremos las guarniciones de soldados que honorablemente lucharán por tu ciudad y por Roma.
A efectos prácticos estos soldados son un servicio más. Para crearlos sólo es necesario disponer de armamento. Este armamento será fabricado dependiendo de los materiales disponibles en las infraestructuras creadas para tal propósito. Una vez creadas las armas, el soldado se recluta automáticamente. Existen 2 tipos de tropas, los legionarios y los lanzadores de jabalinas. En cada fuerte caben 3 guarniciones y nosotros seremos los que decidiremos el tipo de cada una de ellas.
Los combates son sencillos. Si el enemigo llega a la ciudad hay que sacar las tropas del fuerte, alinearlas enfrente de él y rezar por que sean capaces de abatirles. Si nuestras tropas están completas, es más efectivo hacerlas salir de la ciudad, y en el mapa de situación, mandarlas al encuentro de los atacantes.
Para conseguir alcanzar el éxito y que nos concedan un nuevo destino será necesario, amén de conseguir los objetivos para los que nos contrataron, no llevar a la bancarrota la economía local y controlar la felicidad ciudadana. Este último factor dependerá mucho de la situación de nuestra urbe, si hay servicios adecuados, si existe desempleo, si les pagamos poco y explotamos mucho, si no les damos de comer… Mantener a raya ciertas inquietudes nos asegurará el éxito en ese campo.
La investigación, quizás sea el parámetro más novedoso, invertir en descubrir nuevas artes puede ser muy lucrativo, desde conseguir que el recaudador de impuestos recaude más a fin de mes, pasando por optimizar las horas de trabajo de nuestros ciudadanos o conseguir gratuitamente ciertas infraestructuras que de otra forma supondrían un fuerte desembolso para las arcas municipales bien merecen gastar unos pocos denarios para conocerlas.
La interfaz de control es verdaderamente sencilla e intuitiva. En menos de dos minutos ya sabremos controlar perfectamente todas las opciones de construcción de nuestra ciudad. Mediante la barra de control superior controlamos todos los aspectos que afectan a la ciudad: felicidad, economía, población… Con la barra de la izquierda desplegamos los menús de estructuras a construir; y al pulsar sobre un ciudadano o un edificio visualizamos sus características en un menú en la parte inferior.