Otro factor importante del juego, es la posibilidad de aumentar la barra de salud cambiando de armadura. Cada fracción de armadura que compremos se apreciará en el personaje principal. También podemos cambiar nuestra potencia y forma de atacar con las diferentes armas que compremos. Entre ellas están las espadas, sables, cuchillos y mazas. Tendremos además cuchillos para lanzar y bombas de humo. Según avancemos en la historia, Leonardo nos irá mejorando las armas que tengamos, así conseguiremos una segunda cuchilla de asesino oculta, la cual podemos impregnar de veneno y un mini cañón oculto. Comentar que los asesinatos realizados a dos cuchillas son realmente espectaculares.
Para conseguir estas armas y armaduras debemos ir a las diferentes herrerías que hay en cada ciudad. Podemos conseguir bolsas para tener más cuchillos para lanzar, bolsas para tener más veneno o cambiar el color de la ropa en las sastrerías y conseguir mapas del tesoro y obras de arte para Monteriggioni en las galerías de arte.
Como antes comentábamos, debemos pasar lo más desapercibidos posible y el sigilo no nos servirá de mucho ya que estaremos caminando a menudo entre la muchedumbre y en los tejados hay muchos guardias armados con arcos.
Para ello debemos sobornar a los pregoneros para que no hablen de nosotros y arrancar de la pared el mayor número de carteles de “se busca”, así aumentaremos nuestro anonimato, lo que implicará que al pasar cerca de los guardias estos ni nos reconozcan. Además, según avancemos conseguiremos diferentes capas que nos darán cierta inmunidad dependiendo de la ciudad en la que nos encontremos.
Resulta genial la posibilidad de nadar y navegar con góndola, aunque se echa de menos la posibilidad de bucear. Son fantásticas aunque cortas las fases en las que corremos con un carromato huyendo de nuestros enemigos y en la que volamos por Venecia con un artefacto volante creado por Leonardo, lo que hace pensar que, ante tanta repetición de fases, podían haber hecho una o dos más fases similares a éstas, ya que sólo realizaremos estos niveles una vez.
Para viajar de una ciudad a otra contaremos como en el anterior Assassin’s Creed con la ayuda de un caballo. Esta vez el control y las animaciones del equino han mejorado sustancialmente.
Otra opción es pagando una módica cantidad de florines en ciertos lugares que nos llevarán automáticamente de una ciudad/región a otra.
Gráficos
Como motor gráfico han usado el Anvil, realizado por Ubi Soft para Assassin’s Creed 2 y Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas. Notaremos mejoras con el anterior motor gráfico de Assassin’s Creed en los cambios del ciclo de día a la noche.
A nivel arquitectónico el juego es soberbio. Tanto a nivel estructural, como en alturas, en la utilización de polígonos como en el uso del material de las texturas y en normal mapping es sobresaliente. Los edificios y las ciudades parecen reales y cuando más se acerca la cámara a los detalles, más realista parecen. El agua, especialmente en los canales de Venecia es perfecta, especialmente llama la atención cuando se refleja la luna, aumentando su tamaño o cuando desde un tejado vemos reflejada parte de la ciudad en ella.
Los caminos están medianamente bien realizados, pecando de falta de movimiento en las plantas y pareciendo zonas muertas al no verse ningún animal, ni movimiento alguno. En las ciudades es diferente, pues aunque no haya vida animal, salvo por las palomas en los tejados y las águilas en la atalayas, la multitud de gente que aparece simultáneamente da mucha vida. Aquí encontramos el típico fallo de cualquier juego y es que el protagonista tiene una carga poligonal muy superior al del resto de los personajes. Hay una carencia muy grande en la cantidad de polígonos que tienen los personajes secundarios que queda medianamente salvada por las magníficas animaciones, tanto en el movimiento corporal como en las faciales y el buen uso de las texturas, pero que al acercarse la cámara a la cara y a las manos vemos claramente esa carencia.
Está muy logrado el paso temporal en el juego, viendo como según avanza la trama se va engalanando la ciudad por la proximidad del carnaval, hasta que llega el ansiado día y todas la calles están adornadas, la gente disfrazada y la ciudad en general, ha cambiado su aspecto físico radicalmente pero de forma muy progresiva. Las animaciones son espectaculares y los cambios de cámara muy bien elegidos. Aquí se nota que el equipo que realizó este juego son bastantes profesionales, pero que prefirieron la cantidad de personas simultáneamente que la calidad de estos y aunque las texturas son diferentes en cada persona que hay por la calle, contrasta demasiado con la calidad de los edificios, entre los cuales veremos la basílica de San Marcos, el Puente de Rialto, el gran canal, el palacio de los Medici, Santa María de Frari y el astillero.
