Análisis de Sid Meier's Civilization IV (PC)

Carátula Sid Meier's Civilization IV

Fecha de lanzamiento: 02 de noviembre del 2005

Características: PC-Estrategia-Turnos-Gestión

Distribuidor: Take 2 España

Productor: 2K Games

Desarrollador: Firaxis Games

Precio: 49,95€

Manual: castellano.
Textos: castellano.
Voces: castellano.

Código PEGI: 12+

Web oficial: Disponible

Requisitos: Windows® 2000/XP. 1.2 GHz Intel Pentium 4 o AMD Athlon o equivalente. 256 MB RAM (Windows 2000) / 512 MB RAM (Windows XP). 1.7 GB de disco duro libre.CD-Rom 4X. Tarjeta Gráfica compatible con DirectX 9.0c de 64 MB y soporte Hardware T&L support (GeForce 2

Requisitos recomendados: 1.8 GHz Intel Pentium 4 o AMD Athlon. 512 MB RAM. Tarjeta gráfica de 128 MB con soporte para pixel & vertex shaders en DirectX 8.

 

Imagen 31 de Sid Meier's Civilization IV

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Imagen 29 de Sid Meier's Civilization IV

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Imagen 21 de Sid Meier's Civilization IV

Nuestra Administración

Dejando de lado las cuestiones internacionales, como líderes de nuestra nación tenemos el deber de procurar lo mejor a nuestros vasallos, conciudadanos o lo que sean dependiendo del tipo de gobierno elegido. Debemos tener en cuenta las necesidades de las ciudades, ya que de su buena salud y desarrollo dependerán los ingresos que tanto necesitamos para seguir avanzando. Por suerte, esta vez las “administraciones locales” serán lo suficientemente diligentes como para ordenar las necesidades de producción y  evitar así insurrecciones civiles. Nosotros tenemos que atender cuestiones mucho más importantes.

A medida que las ciudades crecen, también crecen el tipo de instalaciones que necesitan. Esas instalaciones consumen dinero. Los costos de mantenimiento de esas estructuras tendrán que salir de lo que serían los “Presupuestos Generales del Estado”. Si no podemos asumirlos, las estructuras serán embargadas con el consiguiente enfado de los contribuyentes afectados. Por suerte, podemos decidir que cantidad de dinero va a parar a las arcas estatales y cuanto se dedica a investigación. Tengamos en cuenta que el desarrollo científico de la nación es la base de la supervivencia y que por tanto tampoco podemos descuidarla ahogándola los presupuestos.

Nuestro progreso también se basa en el número de ciudades de las que dispongamos. Primero por el mero hecho de que a más extensión ocupada, más número de recursos cubiertos por nuestras fronteras, y estratégicamente hablando, si nuestras fronteras son extensas, menos espacio les queda al resto de países para expandirse y menos zonas geográficas importantes controlaran. Pero cuidado, una expansión descontrolada o demasiado rápida provocará que nuestra economía se resienta y que nuestras propias ciudades tengan que competir por utilizar un mismo recurso natural. Cuenta bien el número de casillas que puede llegar a controlar una ciudad para colocarlas adecuadamente en el mapa.

Llega el momento de hablar del Gobierno. Y es que no es lo mismo ser el jefe de la tribu, que un monarca por derecho divino o Presidente de la Nación. Además de que el tratamiento es distinto, cada forma de gobierno viene acarreada con una serie de ventajas e inconvenientes en diferentes aspectos. Por lo general, cuanto más avanzado es nuestro sistema, más ventajas tenemos en rendimientos de producción e ingresos económicos; pero el ser más “civilizados” implica que tendremos las manos atadas a la hora de romper determinados acuerdos internacionales. Como curiosidad, hay que destacar que en esta ocasión los tipos de gobierno no son cerrados. Y es que disponemos de varios parámetros a escoger para personalizar nuestra administración.

Los Grandes de la Historia

Otro de los aspectos que se ha introducido ha sido la aparición, más o menos espontánea, de grandes personajes de la historia. Estas ilustres personalidades hacen acto de presencia en los núcleos de población más importantes y realizando sus trabajos ayudan al expansionismo de nuestra civilización.

Antes hemos hablado de los profetas, estos son un gremio de estas personalidades. Pero hay más. Así tenemos grandes científicos, artistas, mercaderes e ingenieros. Sus señorías, y dependiendo del campo de su especialidad, ayudan a expandir nuestra civilización en diferentes aspectos consumiéndose también en el proceso.

El como conseguir que la gran mayoría de estos ilustres convecinos nazcan dentro de nuestras lindes consistirá en potenciar a que las ciudades se especialicen.

Sangre y Oro

Hasta el momento hemos sido bastante civilizados, pero la coyuntura internacional o nuestro propio afán de poder nos han llevado a la guerra. Prepara tus unidades que la campaña se espera que sea muy cruenta.

Algo ha cambiado en esta nueva entrega, y es que los combates ahora son algo más tácticos. Al contrario que otras veces, que nuestra victoria se aseguraba a base de tener más tropas que el enemigo; ahora consiste en tener la unidad más adecuada para cada enfrentamiento. Las unidades se pueden especializar cuando ganan experiencia. Así podemos tener batallones especializados en asedios a ciudades y otros al combate cuerpo a cuerpo. Todo su potencial se basa en los atributos de fuerza de los que disponen, de su grado de especialización y de las bonificaciones del terreno. Merece más la pena tener un ejército pequeño pero bien equilibrado que muchas tropas con poca o nula preparación.

Aquí es donde encontramos uno de los puntos negros del juego, la poca variedad de unidades militares en determinados momentos de la partida. Igual que cuando empiezas, puedes dotar a tu primitiva tribu de unas hordas bien equilibradas, a medida que avanzamos en la historia, ese número se va reduciendo llegando al punto en que los ejércitos enemigos se diferencian de los tuyos simplemente en esa especialización que antes hemos mencionado.

Algunas unidades han desaparecido, y otras han reducido sus capacidades en el salto de capítulo. Así por ejemplo, los portaaviones ahora ya no pueden transportar bombarderos y las unidades de asedio ya no son tan potentes como cabría esperar del calibre de los proyectiles que disparan.
 
Consejos para ser un buen mandatario

Esta claro que para llevar a buen puerto nuestras aspiraciones, nunca deberemos desatender ninguno de los aspectos que antes hemos comentado. Ninguna partida es igual que la anterior, pero está claro que nunca llegaremos a la victoria si sólo nos dedicamos a pegar tiros, ni tampoco si sólo nos dedicamos a investigar desatendiendo a las fuerzas armadas.

Marca tus prioridades de investigación al asesor científico, controla los gastos de mantenimiento y expande tu imperio inteligentemente. Evita que los demás te ahoguen las fronteras y págales con su misma moneda. Cuando encuentres una forma de gobierno que te aporte más ventajas que la que tienes, pues pega el cambio. Aprovecha los beneficios de las Religiones y en las relaciones diplomáticas aprende a torear a todos y cada uno de los líderes contrarios. La paz es más beneficiosa que la guerra, aún así no descuides tus fuerzas. Mantenlas al día y equilíbralas. Espera el ataque por cualquier sitio y dispón de efectivos para poder realizar una contraofensiva. Con estas pequeñas pautas no será difícil que alcances la victoria.

No hemos hablado de los diferentes tipos de victoria porque son los mismos que para la anterior entrega. Podemos aplastar al resto de civilizaciones, conseguir mediante la ONU que nos nombren líderes mundiales, con nuestra potente influencia cultural hacer que los demás supliquen por pertenecer a nuestra civilización o ganando la carrera espacial siendo los primeros en llegar a Alpha Centauri. Pero lo que hay que tener en cuenta es que será la propia partida la que nos empuje a decidirnos por un tipo u otro.

Si el resto de países se dedican a atacarnos pues la opción más lógica será mandarles a ellos mismos con el Santísimo. Por el contrario, si en la pantalla aparece el mensaje de que alguna civilización se está dedicando a construir una nave interestelar, pues habrá que redefinir nuestros objetivos de producción para acabar antes que ellos. Si culturalmente somos poderosos, pues habrá que aprovecharse de ello. Al fin y al cabo, dicen que la pluma es más poderosa que la espada. Por el contrario, si la partida está bastante reñida, habrá que asegurarse que la ONU se construye en nuestras fronteras para poder así forzar un poquito el resultado de esa votación. Y si ya nada de eso funciona, pues entonces deberemos esperar a alcanzar el año 2050 como primeros en la clasificación general.

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