Evidentemente, en mi imaginación James Bond superaba con creces los enormes chascos que sufrí al jugarlo en el ordenador. Recuerdo que el primero que jugué era A View to Kill, en Commodore 64, en la que el protagonista de la película era Timothy Dalton y donde el videojuego estaba a la altura de la película; totalmente penoso.
Posteriormente le siguieron muchos videojuegos sobre la serie 007, tales como Goldfinger, The Living Daylights, Live and Let Die, License to Kill, The Spy who loves me y algunos más de cuyo nombre no quiero acordarme. En 1997 por fin, ya teníamos un juego a la altura de la serie; y en Nintendo 64, Rare nos regaló un magnífico Golden Eye 007.
Posteriormente, la serie fue in crescendo con algún altibajo hasta este último título: Blood Stone 007, último videojuego de la extinguida Bizarre Creators.
Debo ser sincero. Pasados los años y con una madurez relativa, la visión de James Bond se me antojaba infantil, retrógrada y llena de clichés; y analizar un videojuego de este ídolo de mi infancia, me resultaba tan gratificante como realizarlo sobre otro de Barrio Sésamo.
Así, que tragando saliva, introduje el disco en mi vieja 360 esperando lo peor. Empieza el juego y empiezan los chascos. De entrada, todo está en inglés. No sólo las voces, sino también el menú y los subtítulos. Antiguamente, casi todos los juegos estaban en inglés, así que esto no supone ningún problema, aunque sí un punto negativo.
Empieza la escena de introducción y los primeros momentos de acción. Los gráficos no están mal, pero tampoco son una maravilla. Los escenarios están bien realizados, con una texturas acertadas, un uso de la iluminación más que correcto y una concepción del espacio bien definida, con los tamaños y distancias bastante realistas. Los personajes son perfectamente reconocibles, aunque conocidos sólo tendremos a M (Judi Dench) y a James Bond (Daniel Craig), contando con una caracterizada Joss Stone en el papel de Nicole Hunter.
Aunque se reconocen a los personajes, les falta algo para impresionarnos, dando la impresión que podrían haberse hecho mucho mejor, quizás un aumento poligonal, un mejor uso de las texturas, o un normal mapping convincente. De la manera en la que están realizados, están en el limbo entre personajes realistas y caricaturas.
El control se me antoja suave, la cámara, más que acertada y el sistema de apuntar, bastante correcto. Poco a poco me voy dando cuenta que estoy inmerso en un arcade de acción frenética, que utiliza sabiamente elementos de sigilo y acción directa, donde la IA está bien calibrada y que si un enemigo ve como muere otro o ve el cuerpo, enseguida se pondrá a la defensiva y alertará al resto.
Evidentemente, no tengo el control de un simple mortal, sino que estoy manejando al todopoderoso 007, así que harán falta varios disparos para poder acabar con mi personaje.
Aprendo a cubrirme, a coger por la espalda a los enemigos para así evitar sospechas y además conseguir uno de los tres puntos de autodisparar de James Bond, que harán que la acción se ralentice y acabe con un secuaz de un solo tiro sin poner en juego la integridad física del protagonista.