En este momento, la acción cambia radicalmente y tendremos que perseguir a otro vehículo. Esta fase de conducción, llena de acción, me recuerda en demasía a los antiguos juegos de la época de los 8 bits basados en películas, como Batman, en los que unían fases de conducción con acción. En este caso, las fases de conducción me transportan al extinto Chase H.Q. y me transmite las mismas sensaciones.
Así y casi sin darme cuenta, me veo completamente enganchado en la acción, descargando adrenalina y concentrado 100% en la misión a realizar. Me siento como aquel niño que empezaba a jugar a las recreativas con 5 duros y que empieza a absorber como una esponja todo lo que sucede en el videojuego, sin enterarse de lo que acontece en el exterior.
Posteriormente, las fases se repiten: Investigación, acción con sigilo, momentos de QTE y fases de conducción.
Pero esto, ¿es necesariamente malo? Para nada. Da esa continuidad de los viejos arcades que se ha olvidado hoy en día, acción a raudales y de forma desproporcionada sin enturbiarte los ojos con explosiones y efectos que poco o nada influyen en la trama principal. Blood Stone es eso, un arcade de los de antaño, para ser disfrutado por momentos, sin exigir que le dediques muchas horas diarias sino sólo cuando apetece. Una bomba de descarga de adrenalina y un sabor añejo agradable, se configura en un videojuego muy apto para viejos jugones.
Pero, ¿qué le falta a Blood Stone para ser magnífico? Pues mil y una cosas. No es más que un diamante en bruto sin pulir. Nos encontramos con un videojuego de acción frenética, de fácil control, aderezado con una banda sonora espectacular y un magnífico doblaje (en inglés). En su contra, todo está en inglés y aunque la trama principal es espectacular (corta pero intensa), hará que los no conocedores de la lengua de Shakespeare pierdan todo el interés por ella. Los personajes necesitan un lavado de cara para ser más creíbles y en algunas fases se satura la acción llegando, en momentos puntuales, a cansar.
La verdad, y en contra de mis expectativas, me he encontrado con una magnífica obra póstuma de Bizarre Creators. Un juego que me ha devuelto a la época de los salones recreativos y me ha transmitido el espíritu de 007 como siempre había querido que fuese.
Quizás con mejores gráficos, más elementos de acción, más fases de exploración, algún que otro puzzle y sobre todo, la correspondiente publicidad masiva, este videojuego hubiera sido un Best Seller. Desgraciadamente pasará desapercibido para muchos que prefieren que los bombardeen mediáticamente con productos basura tipo Homefront que buscando entre las críticas un buen videojuego.Puede que no sea apto para todo el público y que algunos comenten su extremada simpleza, pero los viejos lobos de mar lo disfrutarán.