Requisitos: Windows 98 SE, ME, 2000, XP. Pentium III 1.7 Gh (o equivalente AMD). Tarjeta gráfica 3D compatible Directx 9 (no integrada) de 64 Mb. 256 MB de RAM. 4 Gb de disco duro. DVD-ROM.
Requisitos recomendados: Pentium IV 2.4 Gh (o equivalente AMD). Tarjeta gráfica 3D compatible Directx 9 (no integrada) de 256 Mb. 1 Gb de RAM. 5 Gb de disco duro. DVD-ROM.
Hace no más de dos años, una empresa alemana llamada Egosoft nos sorprendía con X2: La Amenaza, la segunda parte de X: Beyond The Frontier (1999), que nos ofrecía una simulación espacial a un altísimo nivel en la que existía una economía viva en la que podíamos (o mejor dicho: debíamos) participar, una enormidad de naves disponibles, desde enormes portanaves a pequeños cazas de reconocimiento, y un sinfin de mundos que explorar. Y todo ello aderezado con las tensiones entre 4 razas, la búsqueda de los humanos de un perdido planeta llamado La Tierra, un enemigo jamás derrotado que espera cerca y una invasión de una raza hostil que parece invencible. Ahora nos llega la tercera parte de la saga, que continúa la historia dónde la dejó colgada X2 y viene a ser lo mismo pero mejorado, que no es poco.
En Egosoft sólo saben hacer un tipo de juego
Esta curiosa empresa alemana lleva ya bastantes años creando un único juego y sus secuelas. Todo comenzó con X: Beyond The Frontier y su expansión X-Tension, dónde se nos contaba la historia de la humanidad y los Xenon, unas máquinas creadas para terraformar planetas que al final adquieron conciencia de su propia existencia y decidieron atacar a los humanos. Un oficial de la tierra llamado Brenan (el padre del protagonista de X2 y X3) consiguió que estos seres, junto con una pequeña flota terrestre, cruzasen una puerta que llevava al X-Universo y luedo la destruyó para salvar el planeta.
Y así llegamos hasta X2, que comienza con la amenaza Xenon debilitada pero no destruida y muchos años más tarde. En él se nos contaba la historia de como se intentaba volver a localizar la Tierra y la apareción de los Khaak, con unas naves y armas francamente sorprendentes. Si jugaste a X2, recordarás que poco después de recuperar la AP-Gunner, una vieja nave varada en el espacio con las cordenadas de la Tierra y tras la batalla de Omycron Lyrae el guión del juego se acababa (pero no el juego).
Este juego se puso a la venta en Europa y Estados Unidos hace ya tres años. Poco a poco se fueron sumando más y más usuarios españoles al juego y el foro de la página web oficial llegó a tener una versión para España en el que se montó una comunidad gigantesca. Un año más tarde apareció Ludis Games y lo trajo a españa en el 2005, lo localizó al castellano y lo puso a la venta a un precio reducido. El éxito fue inmediato.
X2: La Amenaza
Y es que no es para menos, si ya has jugado a X2 sabes de que estamos hablando (y te puedes saltar hasta varios párrafos más abajo), pero para los que no, habrá que hacer una breve descripción de las enormes opciones de este juego. Estamos en el “X-Universo”, que viene a ser un enorme grupo de áreas, casi siempre junto a planetas, delimitadas por puertas (normalmente 4, sparadas bastantes kilómetros entre sí) que al traspasarlas con nuestra nave nos introducen en una especie de agujero de gusano, como si de un StarGate se tratase, que nos llevan al sector colindante. No he contado el número de sectores, pero debe ser cercano a los 100. Cada uno pertenece o bien a una de las 4 razas, entre ellas los humanos, o bien a los piratas o a las razas invasoras u hostiles.
El juego cuenta con un sistema de grados o rangos y respeto, el cual hará que, dependiendo de nuestras acciones para con una raza, al entrar en sus sectores con nuestra nave o bien estén deseando que atraquemos para comerciar con nosotros y encargarnos las mejores misiones o bien nos empiecen a disparar. Además, hay un sistema de comericio interestelar que nos permite forrarnos moviendo productos y materias primas de una estación a otra. Porque realmente ese es el objetivo del juego: forrarnos; tiene un guión, pero ni siquiera es obligatorio seguirlo, ya que podemos empezar a explorar el espacio por nuestra cuenta y hacer lo que nos de la gana o casi. Y si comerciar te parece poco, también podemos intentar hacernos de oro rescatando naves perdidas, realizando minería espacial, convirtiendonos en un servidor de la ley con nuestro caza o cambiarnos al bando de los piratas y llevar una mala vida. Si eso te parece poco, existe la posibilidad de aceptar misiones que se anuncian en los tablones de cada estación, que pueden ser de combate (venganzas, rescates y cazar criminales) o de comercio urgente.
¿Y qué hacemos con el dinero? Tan pronto tenemos acumulada una cantidad adecuada podemos ir mejorar nuestra nave e ir comprando otras naves, lo cual nos permitirá tener nuestra propia flota (comercial, de combate o mixta) para que resolvamos el juego como nos de la gana. Incluso podemos comprar nuestras propias estaciones espaciales, que las hay de varios tipos distintas, para ganar dinero con ellas. Y que nadie piense que va a conseguir esto de un día para otro, ya que un viaje en un caza de reconocimeinto M5 cargado de células de energia (la materia prima por excelencia) puede darnos un beneficio que muy rara vez será superior a los 500 créditos, y comprar un Portanaves M1, armarlo hasta los dientes, equiparlo con todos los accesorios y llenarlo de 50 cazas M3 puede salirnos por… unos 300 millones de créditos (y puede que me haya quedado corto). Y aunque podría pasarme describiendo todas las posibilidades del juego varias páginas más, mejor que no diga nada más, por que os recuerdo que todavía estoy hablando de X2… ¡y hoy toca analizar X3!
X3: continuando la historia, o tal vez no
A diferencia de en “La Amenaza”, en “Reunión” podemos elegir si queremos seguir la historia principal o comenzar con uno de los otros cuatro personajes: un pirata, un comerciante o un piloto de caza con los que jugaremos sin guión. (el 4º de ellos está oculto y se desbloquea cuando acabemos el guión). Si elegimos jugar controlando a Jules/Julian Brenan también podemos ir por libre, pero hay unas 20 misiones que debemos completar, al ritmo que nosotros queramos, pero que debemos completar. El juego comienza justo dónde se quedó X2: ya hemos dado unos cuantos pasos decisivos para encontrar la Tierra, pero aún estamos lejos, y acabamos de asistir a la batalla de Omycron Lyrae, en la que hemos rescatado a nuestro padre de los Kahak y nuestro mejor amigo (y una buena parte de la flota Argon) ha pasado a mejor vida. Y para colmo de males, con los Xenon debilitados haciendo apariciones esporadicas y los Khaak tan molestos como siempre, acaba de aparecer una nueva facción de piratas de élite: Los Yaki.
Poco importa que nunca antes hayamos jugado a X2 o que al llegar al final de su guión tuviéramos una flota de 300 cargueros y 100 naves de guerra con 1.000 cazas y una red de 150 estaciones espaciales. El juego siempre te hace comenzar igual: con una o dos naves, dependiendo del nivel de dificultad. Recomiendo que se elija el más fácil, no afecta a la jugabilidad, sólo a nuestra situación de inicio y este juego ya es bastante complicado como para encima empezar sin dinero que invertir.
