Niños, llegó la hora. Todo el día en clase esperando el momento y por fin es tiempo del recreo. Ahora sólo falta escoger a qué jugar y divertirse hasta que nuestro cuerpo no pueda aguantar más. ¿Lo conseguiremos? Pues así, a bote pronto, se puede decir que sí, pero a medida que se profundice será que no. Nueva apuesta de una compañía, en este caso EA, por un juego basado en minijuegos, algo muy común en Wii allá por los tiempos de su lanzamiento debido a la novedad y poca capacidad de aprovechamiento de sus controles. El problema es que ya ha pasado alrededor de un año desde que la Wii vio la luz, y comienzan a verse cosas que realmente merecen la pena, algo que deberían haber tenido en cuenta los de EA antes de lanzar un título tan mediocre como el que nos ocupa.
Salgamos al patio, pues
La mecánica es sencilla, y lo primero que tendremos que hacer antes de comenzar una partida es seleccionar un muñeco que nos represente. Hay muchos y más que se irán desbloqueando, cada uno con una estética y una aparente forma de ser. ¿Y que hay de los Mii´s? Quién sabe, parece que EA se ha olvidado de ellos a pesar de ser un título idóneo para su inclusión.
Después tendremos que elegir el modo de juego entre normal o multijugador (no confundir con online). En el modo de juego normal comenzaremos en el patio de un colegio (podremos desbloquear también otros tres escenarios: el jardín, el estadio y el bosque), donde deberemos ir hablando con los diferentes niños para intentar superar los retos que nos proponen a cambio de pegatinas o canicas. Cada niño nos retará a un juego diferente, y si lo superamos, se nos propondrán hasta tres desafíos más del mismo juego pero con objetivos concretos de, por ejemplo, tiempo.
En todo este proceso de retos, iremos ganando una serie de monedas que podremos usar para comerciar con algunos niños, consiguiendo así pegatinas nuevas que nos permitirán hacer movimientos especiales en algunos minijuegos.
Los minijuegos
Rebote: se trata del típico frontón. Los muñecos se mueven solos, y lo único que hay que hacer es agitar el Wiimote para golpear la pelota y que rebote en una de las tres paredes que hay. La novedad es que, de vez en cuando, aparecen iconos en la pared que darán más velocidad a la bola o harán que desaparezca y salga por otra parte si los golpeamos. Es sencillo, fácil, repetitivo y, por ende, aburrido.
Dardos: shooter a la vieja usanza donde disponemos de una pistola que dispara dardos con ventosa (como las pistolas del todo a 1€), eso sí, todo llevado a la mínima expresión. Aún así, es uno de los minijuegos más divertidos, ya que se trata de disparar a dianas y enemigos según van saliendo, descubrir objetos escondidos que te darán más puntos e incluso enfrentarte a un enemigo final. Ideal para el control de Wii. El problema es su corta duración y que siempre es exactamente igual, por lo que su rejugabilidaddecrece exponencialmente.
Balón prisionero: este es otro de los minijuegos que tampoco está nada mal. Ya se sabe, tres contra tres en un campo dividido en dos, y se trata de golpear con un balón a los del equipo contrario para que queden eliminados. Podemos esquivar o coger el balón antes de que caiga al suelo, pero si nos toca y luego toca el suelo, estamos eliminados. Aquí los controles vuelven a ser simples: mover el muñeco, agitar el Wiimote para lanzar la pelota y pulsar un botón para intentar capturar la bola cuando nos la lanzan.
Balón de presa: es la primera vez que veo este juego en mi vida. Se trata de un palo vertical del que cuelga un balón sujeto con una cuerda. El objetivo es golpear el balón para que gire alrededor del palo y la cuerda se vaya enrollando a éste. Es un uno contra uno, y cada contrincante debe golpear en un sentido concreto hasta que el rival pierda, que será cuando la cuerda esté totalmente enrollada. Aquí, en realidad, lo único que hay que hacer es agitar el Wiimote en el momento oportuno.
Aviones de papel: lo único que tiene este minijuego de parecido con la realidad es el momento del lanzamiento, ya que debes mover el Wiimote hacia adelante como si lanzaras un avión de papel de verdad. El resto no es más que mover el mando para dirigir el avión entre los obstáculos y llegar a la meta lo antes posible o con mayor cantidad de puntos que el rival.
Patadas: aunque lo parezca por su nombre, no se trata de un minijuego de llevar a cabo actos vandálicos o de darle una paliza a un compañero de clase. Se trata de una especie de futvoley, de dos contra dos y en el que solo tendremos que pasarnos el balón tantas veces como queramos (y sin que se caiga al suelo) antes de tirar (si atacamos), o bloquear con un salto o parar el tiro (si defendemos).
Carreras de Slot: pues nada más allá que una carrera de Escalextric. Podemos cambiar de carril agitando el Wiimote, usar turbo o recoger objetos que nos ayudarán o perjudicarán. Una de las gracias del minijuego es la de robar los objetos buenos o traspasar los malos a tus rivales chocando con ellos.
Otros juegos: además de los principales, existen otros a los que podremos jugar para conseguir canicas extra, como por ejemplo meter tiros libres de baloncesto, botar una pelota un número de veces, cazar bichos con una red, etc.
A veces es mejor estar acompañado
Lo cierto es que hay variedad, pero una variedad mediocre que aburre a una velocidad pasmosa. Para evitar esto, lo mejor que se puede hacer es reunir a unos amigos y probar a echar unas partidas en el modo multijugador. De esta forma, algunos de los minijuegos que antes parecían malos, ahora ganan en diversión y entretenimiento. Además, en prácticamente la mayoría de ellos pueden participar hasta 4 jugadores, pudiendo elegir libremente a qué se quiere jugar u organizar campeonatos.
Apartado técnico
Los gráficos y el sonido son tan del montón que ni siquiera merecerían un apartado propio.
Gráficamente, nada que no hayamos visto antes en Wii. Todo sin alardes y sin esfuerzo, hecho como para niños pequeños, con mucho colorido y todo en grande, para que se vea bien. Esto, obviamente, está hecho a propósito, pero esta estética infantil es algo que viene siendo demasiado habitual en títulos de Wii y que, generalmente, echa para atrás a los jugadores experimentados que ni siquiera llegan a probar el juego.
El sonido no es malo, pero viene acompañado de una música que hace que la mejor opción sea desconectarlo. Al principio pasará desapercibida, pero con el paso del tiempo el "mute" será tu mejor amigo.
Un punto a favor es la edición española. Voces no hay, pero todos los textos del juego, así como el manual, se encuentran en un perfecto castellano, como no podía ser de otra manera en un título destinado a un público mayoritariamente joven.
Conclusión
En definitiva, un juego que, bajo mi juicio, se encuentra incluso por debajo del montón, comparando con otros títulos de la consola. Aún así, no puedo negar que me ha llevado a pasar algunos ratos interesantes y divertidos, sobre todo en compañía. No hay que olvidar que es un juego que, seguramente, va dirigido a los más pequeños de la casa, y es ahí donde puede haber un triunfo gracias a su diseño y a su sencilla jugabilidad. Si lo que se busca es un reto, lo mejor es seguir buscando.
Lo mejor: modo multijugador, el precio. Lo peor: acaba aburriendo, la música, demasiado infantil.
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Horas jugadas: 20
Jugabilidad: 7 Gráficos: 6 Música y sonido: 5.5 Modo multijugador: 6.5 Edición española: 9 Nota final: 6