Evidentemente, estamos en una época en donde los revival están a la orden del día. Son productos relativamente fáciles de desarrollar y no todos logran cumplir las expectativas que el paso de los años y el cambio tecnológico podían plantearles.
Afortunadamente para nosotros, Bionic Commando no es uno de esos productos pensados únicamente en maximizar beneficios a costa de un producto pobre pero con grandes seguidores. Tampoco queremos decir que se trate de una obra maestra, simplemente que tenemos ante nosotros un producto que roza a un buen nivel, si bien, está ya superado en la mayor parte de sus aspectos por otros productos, incluso de su propia compañía.
Volvamos con Nathan…
Al igual que para nosotros, para Nathan también ha pasado el tiempo (aunque no tanto). La historia nos recoloca 10 años después de los hechos narrados en el cartucho de NES. Por aquel entonces, Nathan terminó una guerra como un héroe. Había conseguido desbaratar los planes de un ejército que pretendía resucitar a Hitler para reconquistar el mundo y sumirlo en el caos. Su brazo biónico se había revelado como un arma verdaderamente efectiva, pero… sus superiores no lo vieron igual.
Lo despojaron de su brazo biónico, lo metieron en la cárcel acusado de crímenes que nunca cometió y tiraron la llave, no sin antes condenarlo a muerte. La misma suerte corrieron el resto de soldados que equipaban dicha tecnología, pero de nuevo, la historia demuestra que aquel que olvida sus pasos está condenado a volver a repetirlos.
Con los Comandos Biónicos fuera de circulación y el Gobierno convencido de que la paz sería permanente y duradera, no fueron capaces de ver el peligro que se les cernía. De improviso, una facción terrorista ha sido capaz de lanzar tres misiles nucleares contra Ascension City, la capital del Estado.
La situación es desesperada, la ciudad prácticamente se encuentra destruida. Las Fuerzas del Orden no son capaces de repeler el ataque por tierra de las fuerzas opresoras, que sumado a la práctica destrucción de toda la urbe, plantea un escenario de caos que amenaza con extenderse a todos los confines del país.
Solo queda una solución plausible, recuperar a Nathan. Y dicho y hecho, el Gobierno que lo encerró y tiró la llave le propone un trato. Su libertad a cambio de luchar contra este grupo armado. ¿No os suena de nada? ¿Gears of War tal vez? Porque a nosotros tras ver la secuencia de introducción se nos vino a la cabeza ese gran juego de X360 que empieza exactamente igual.
Independientemente de que la historia sea más o menos original, es la excusa para plantearnos un camino por el que empezar a avanzar y progresar.
El Brazo Biónico, esa pequeña gran maravilla
Originalmente, Bionic Commando era un juego de plataformas. El paso del tiempo no ha trastocado este aspecto, simplemente lo ha potenciado añadiendo la acción.
El brazo es el protagonista absoluto. Es el elemento principal que nos permitirá movernos por los escenarios. Sirve para balancearse, para agarrase a salientes, impulsarse… pero es que también es nuestra principal arma ofensiva. Sirve para empujar al enemigo, lanzarlo por los aires, atraerlo hacia nosotros… Lo que se dice toda una colección de ataques aniquiladores.
Eso sí, habrá que tomarse con paciencia el aprender a controlarlo. En principio parece sencillo, la retícula te permite calcular el disparo del garfio y el control la dirección, pero la realidad es más cruda y las muertes por caídas al vacío la tónica general de los primeros momentos.
De todas formas, si somos más tradicionales, las armas de fuego también están disponibles para atacar. El conjunto de elementos de ataque lo componen pistolas de pequeño calibre, rifles francotiradores, escopetas…
Conocidas las armas, hay que conocer el lugar en donde tendremos que usarlas. El escenario se llama Ascension City, una urbe totalmente destrozada por la explosión de varios artefactos nucleares. A priori, un vasto escenario por el que deambular, desde los altos techos de los rascacielos hasta los interiores de grandes edificios, pero la realidad es mucho menos glamurosa. Los escenarios son totalmente cerrados. Los límites los plantea una nube irregular de radiación que nos va empujando hacia nuestro destino como si de un pasillo transparente se tratase.
El sistema de juego es relativamente sencillo y bastante repetitivo. Nuestro superior nos marcará un objetivo relativamente cercano en nuestro mapa. Deberemos llegar hasta allí poniendo a prueba nuestras habilidades equilibrísticas. Una vez allí habrá que aniquilar todo bicho viviente y finalmente anular o hackear un repetidor o dispositivo similar. Y así hasta el final.
Apartado Técnico
El aspecto gráfico presenta sus claros y sus oscuros. Por un lado tenemos grandes y vastas panorámicas. Grandes edificios y profundas caídas. Nuestro personaje está repleto de detalles, y por otro tenemos a unos enemigos casi planos que se repiten hasta la saciedad y un montón de escenarios que se van alternando entre nube y nube radioactiva.
Por otro lado tenemos una banda sonora que recupera las melodías de título original, aunque con los ajustes y arreglos adecuados para que suenen actuales. Desde luego que un gran guiño a los nostálgicos.
Los efectos de sonido cumplen sin destacar en nada en especial.
Edición Española
En cuanto vemos el sello de Capcom en la portada no nos hace falta dar la vuelta a la carátula para comprobar con desagrado que nuevamente nuestro idioma ha quedado relegado al manual y los textos en pantalla, manteniendo las voces en un escrupuloso inglés.
Conclusión
Bionic Commando es un juego entretenido, que nos permite disfrutar de un título plataformero a la vieja usanza mezclado con tintes de acción. No destaca en ningún apartado pero cumple en casi todos.
Lo mejor: Volver a recuperar un clásico.
Lo peor: Es bastante repetitivo.