El sistema de juego de BloodRayne: Betrayal da un completo vuelco al concepto de acción en tercera persona propuesto por los anteriores títulos. Esta vez Rayne se nos presenta en una aventura en 2D en la que nuestro avance por el escenario es lateral con una escasa presencia de la trama argumental (subtitulada en español), como es común dentro del género. Se nos ordena eliminar a determinados chupasangres y eso es a lo que nos vamos a dedicar de principio a fin.
El repertorio de ataques es reducido, centrándose en las armas principales, unas espadas de sobresaliente letalidad, y en la secundaria, una potente pistola, cuya munición recogeremos principalmente de los enemigos que derrotemos. Asimismo estos últimos nos sirven para recuperar nuestra vida chupándoles la sangre mientras están aturdidos. A nuestra disposición queda también el recurso de intoxicar a nuestros contrincantes convirtiéndolos en un peligroso elemento para todos los personajes cercanos.
Rayne es agilísima, pudiendo realizar grandes peripecias aéreas y deslizamientos que le permiten moverse a una velocidad complicada de igualar. Por desgracia esta agilidad no se ve acompañada por un control preciso. El manejo de los saltos de la vampiresa es, en numerosas ocasiones, confuso, tanto por la variedad de tipos de saltos como por la manera de ejecutarlos. Teniendo en cuenta la cantidad de enemigos a los que tenemos que hacer frente y su capacidad para ponernos en apuros, el resbaladizo control de Rayne es una temeridad y uno de los grandes defectos de este título.
La dificultad de BloodRayne: Betrayal nos obliga a pensarnos muy bien la estrategia a poner en práctica en los combates para avanzar a lo largo de los quince capítulos en los que se divide esta nueva entrega. Si no lo hacemos e intentamos progresar por las bravas, moriremos una y otra vez. Nuestros enemigos, como hemos comentado, son rápidos y nos hieren con contundencia, pero los peligros que nos acechan van más allá, pues las circunstancias también nos serán adversas en diversos tramos. Por ejemplo, Rayne no puede resistir (tampoco los demás vampiros) ni tan siquiera la luz de la luna presente en ciertas zonas del escenario. Tenemos que tener cuidado si queremos conservar nuestra valiosa vida.
El diseño artístico basado en el estilo cómic es muy atractivo. Los personajes, los escenarios, los fondos, las animaciones de los movimientos, los bocatas que encierran los comentarios… todo ello se encuentra retratado a partir de dicho estilo y está perfectamente armonizado como un sólido conjunto. Por desgracia, el rasgo menos destacable es la repetición de los propios diseños de los enemigos e incluso de los sombríos escenarios que recorremos, un tachón que enturbia en cierta medida un trabajo loable.
Por su parte, el apartado sonoro es muy flojo, con nula relación con los acontecimientos que se desarrollan en pantalla. “Algún hilo musical tendremos que poner”, habrán pensado sus productores, que optando por lo fácil eligieron las más monótonas y desubicadas de las composiciones musicales. Decir que son insustanciales es hacerles un grato favor.
Conclusión
BloodRayne: Betrayal es un título muy entretenido aunque en gran proporción afeado por una jugabilidad irregular a la hora de controlar los movimientos más espectaculares de Rayne, un escaso despliegue de habilidades y un apartado sonoro punible. No es excelente, pero sí casi notable, ya que la puesta en escena es muy buena y las dificultades del control acaban controlándose lo suficiente como para disfrutar de principio a fin este interesante título de precio (1.200 Microsoft Points) cuestionable.
Lo mejor:
Lo peor: