La historia que Deep Black: Reloaded nos propone y expone durante aproximadamente cuarenta misiones está poco cuidada. Aquella nos sitúa en el año 2047, en un mundo dominado por el terrorismo, el espionaje y las armas biológicas envuelto en una desesperada y constante pugna por la supremacía mundial. En estas circunstancias controlamos a Pierce, quien es enviado a unas instalaciones abarrotadas de agua, cómo no, en una misión de rescate de rehenes y castigo de terroristas. No obstante, a los pocos minutos de juego nuestro jefe, el general Jack Sterling, nos informa de nuestro verdadero objetivo en aquel lugar. Un cambio de misión que, sea dicho de paso, está plasmado argumentalmente de una manera un tanto desafortunada, pues no media transición alguna ni los diálogos cuentan con un desarrollo y una expresividad a la altura. Llegaremos al lugar e inmediatamente, tras unas escuetas dos o tres frases, estaremos inmersos en un barullo de un tamaño abismal. Sin duda, el fuerte de este título no es precisamente su hilo argumental, y ello queda claro con la simplicidad y la precipitación que la que se plantea.
Sin embargo, no necesita lo anterior en tanto que su principal fuente de preocupación es casi exclusivamente el apartado jugable. Deep Black: Reloaded es un shooter en tercera persona que toma celebérrimos elementos jugables recientes del género como el cubrirnos con cualquier objeto que encontremos y disparar o bien apuntando, o sin apuntar, siendo menos letal nuestro fuego cuando no disparamos por disparar. Lo demás es lo básico y típico: rodar, apuntar, lanzar armas arrojadizas explosivas, ataque a corta distancia... La variedad del arsenal no está mal, yendo desde las pistolas, ametralladoras, escopetas y granadas típicas hasta otras armas más sofisticadas. Entre nuestro repertorio también contamos con un gancho que sirve tanto para arrojar al agua a los que caminen por plataformas cercanas a ella, como para hackear drones y ponerlos de nuestra parte o abrir puertas. Asimismo contamos con un letal ataque a corta distancia, por si algún adversario se lanza a por nosotros. En general, estamos ante una jugabilidad muy directa y accesible.
La obra de Biart nos ofrece una campaña que se desarrolla en dos tipos de superficies: la tierra firme y el agua. La tierra firme funciona como transición para que el avance subacuático no nos exaspere. Es notorio mientras estamos en la superficie la menor fluidez de nuestro personaje, que parece mucho más pesado de lo que es en el agua. Mientras estamos sumergidos, el control es lo más destacable de este título. Podemos mover hacia la dirección que queramos, contando con un propulsor finito que se agota tras unos cinco segundos aproximadamente, teniendo que esperar de nuevo para recargarlo. A ello se suma casi todo lo que se puede hacer fuera del agua: golpear con ataques cuerpo a cuerpo, cubrirnos tras pilares, por supuesto disparar apuntando y sin apuntar, etc.
Fuera del agua se nos oponen enemigos esencialmente relacionados con el ejército, como soldados y toda la parafernalia relacionada con ellos. Pero es dentro del agua donde encontramos los enemigos más interesantes: tanto soldados como bichos indescriptibles y drones con distinta respuesta, unos se abalanzarán sobre Pierce para atacarle, otros para explotar contra él y unos terceros vigilarán zonas con el objetivo de freírnos bajo el agua, entre otros. El nivel de dificultad para superar a todos estos villanos es elevado. No necesitamos irnos a la máxima dificultad (insano) para darnos cuenta de que podemos ser machacados al menor descuido, muchas veces injustamente. A este respecto hemos de comentar que nos curamos como viene siendo habitual en esta generación: esperando en un lugar seguro en el que no recibamos más daño.
Por otro lado, su duración es media, si bien es cierto que depende de nuestra maña. Como hemos dicho al comienzo del análisis, la historia está dividida en aproximadamente cuarenta misiones, a las que podremos volver mediante la opción “escenarios”.
Además de la campaña contamos con un modo online en el que podremos luchar en grupos o contra todos en diferentes escenarios propuestos. Ciertamente es un modo de juego ameno aunque, como ocurre con casi todos los aspectos de este título, poco profundo.
En cuanto al apartado técnico, el diseño artístico destaca a nivel general, pero en menor medida si centramos nuestra atención de forma individualizada en los elementos que componen los escenarios, en conjunto notables pese a su tendencia a estrecharse y convertirse en pasillos. Sus aderezos son futuristas, con insistencia en los metales característicos de las elaboraciones de ciencia ficción como esta. Nos sorprenden especialmente el sospechoso parecido del traje de Pierce con el mismo que lleva Isaac Clarke en la saga Dead Space. Por su parte, los enemigos y drones no son nada del otro mundo artísticamente hablando.
Desde un punto de vista más técnico, los gráficos sufren un considerable bajón durante los vídeos. No obstante durante el juego en tiempo real las texturas pintan mejor, siendo algunas dignas de destacar, así como ciertos efectos, normalmente los ubicados en el exterior del agua. Por su parte, la banda sonora es floja. Los temas musicales se repiten con una irritante asiduidad y pecan de ser comunes, sin una personalidad marcada. Por último, apuntamos que está doblado en inglés y subtitulado en castellano, como viene siendo normal en estos casos.
Conclusiones
Deep Black: Reloaded es un buen shooter en tercera persona que no pretende ser más de lo que es, ni mucho menos aspira a pelearse con los pesos más pesados del género. El traslado de la acción bajo el agua y todo lo que en ella encontramos es su principal atractivo, con afortunadas transición en tierra firme que nos permiten coger un poco de aire y no estancarnos en las profundidades. Se deja controlar fuera del agua, aunque es dentro de ella donde se explota al máximo el concepto que Biart ha puesto en liza a través de una dificultad por encima de lo que viene siendo habitual. No será de los mejores shooters en tercera persona, pero jugablemente es divertidísimo.
Lo mejor: