Nos gusta:
Una jugabilidad suave, fluida, divertida y sangrienta: El control no es excelente pero sí lo suficientemente bueno como para disfrutar del combate con y contra otros usuarios, a los que poder reventarles literalmente la cabeza.
Gran número de armas e ítems especiales: Merece especial mención la motosierra, tremendamente adictiva.
Posibilidad de personalizar a nuestro personaje: Podemos controlar diversos detalles además de la cara de nuestro personaje y su vestimenta.
Mapas autogenerables: Special Forces: Team X cuenta con un sistema que autogenera mapeados, habiendo un número altísimo de combinaciones. Sin duda es uno de los puntos más interesantes del título, aunque a los más puristas, acostumbrados a memorizar los recorridos y trazar estrategias en ellos, no les satisfará demasiado.
Partidas asimétricas de 2 a 4 equipos, hasta 12 jugadores y 5 modos de juego: Mata al VIP, Zona caliente, Punto de control, Deathmatch por equipos y Captura la bandera.
Un humor negro constante.
Ni frío ni calor:
Técnicamente muy cortito: Lo único que sobresale es el estilo cell-shading, que tampoco es nada del otro mundo como veremos a continuación.
Un diseño artístico genérico: Pese a la utilización del cell-shading, el apartado artístico es genérico tanto en lo que concierne a los personajes y sus respectivos complementos, como a los escenarios y los elementos que los forman.
El apartado sonoro: También discreto.
Su precio: 1.200 Microsoft Points en Xbox 360 y 10’99€ en Steam. Ni alto ni bajo para lo que se ofrece.
No nos gusta:
Únicamente online.
Definitivamente, lo odiamos:
El respawn excesivamente al azar: Tras morir, el sistema aleatorio de reaparición nos puede dejar plantados delante de nuestros rivales. Grandísimo error
Nota: 6
Special Forces Team X es un shooter online correcto especialmente destinado a los fanáticos de los juegos de acción en línea. Las matanzas son su único aliciente, sin que existan desafíos secundarios de importancia para motivarnos a seguir jugando. Debido a esto y pese a su jugabilidad y la gran cantidad de armas a nuestra disposición, termina haciéndose excesivamente repetitivo.