La fiebre de los juegos bemani ya está aquí. Ha aterrizado con fuerza en el mercado español y cada vez es más la gente que se anima a probar estos divertidos títulos que se prestan sobre todo para disfrutarlos en grupo. Ahora tenemos entre manos un nuevo exponente para PS2 de esta moda. Concretamente se trata de un “clon” del ya famoso Dance Dance Revolution. ¿Se quedará en un mero imitador o conseguirá ir un paso más allá? La solución en las siguientes líneas.
Introducción histórica
Antes de nada vamos a ponernos en antecedentes. Bemani además de ser una abreviatura del término beat-manía, también es una división de Konami que se creó en el año 1990 con el objetivo de crear todo tipo de juegos musicales, en los que el principal objetivo es seguir el ritmo de la música bailando, cantando o tocando algún instrumento. Al principio sólo contaban con el público japonés, pero poco a poco se ha ido abriendo un hueco en los hogares y salas recreativas de todo el mundo. Podemos nombrar algunos de estos títulos, seguro que ya conocidos por todos: BeatMania (DJ), DrumMania (batería), KeyboardMania (teclado) o los éxitos de ventas en España Guitar Hero o Singstar.
El caso que nos ocupa pertenece al que, sin duda, es el más conocido de todo este género: Dance Dance Revolution (también conocido como DDR o Stepmanía en el caso de su versión para PC). Su nombre es Dance Factory y pretende ser una seria alternativa a la saga de Konami.
Jugabilidad
Sin duda una de las grandes pegas con que cuentan estos títulos para PS2 (realmente para todas las consolas) es la limitación existente en cuanto a canciones se refiere, ya que estamos limitados a aquellas que incluye el disco en cuestión, algo que no ocurre en sus versiones para PC, debido al carácter abierto de éstas y a la gran comunidad de seguidores con las que generalmente cuentan estos títulos.
Dance Factory intenta resolver este handicap incluyendo la que seguramente sea su mayor virtud: importar canciones de cualquiera de nuestros CD´s de música (tanto originales como copias de seguridad). Simplemente tenemos que introducir el disco que contiene la canción que deseamos bailar, seleccionarla y esperar a que Dance Factory genere los pasos. Mientras tanto podemos entretenernos con un minijuego parecido a un cubo de Rubik.
Una vez los pasos están creados ya podemos empezar a bailar. Todo esto sería genial si no fuera porque los pasos generados no son todo lo buenos que cabe esperar. Tras probar con numerosas canciones, llegué a la conclusión de que su “inteligencia artificial” no es muy buena, ya que al meter un título con un ritmo un poco alto o cambiante los resultados son bastante flojos, tanto como para desesperarse. Con canciones más sencillas la cosa mejora, pero después de haber probado el DDR uno no puede sino sentir la sensación de que no está a la altura, pero ni de lejos.
Por lo demás es casi igual que el título de Konami, se puede jugar sólo, por parejas, trae una modalidad que contabiliza las calorías que vas gastando, incluso un modo en el que podemos crear una “criatura” a nuestro gusto y verla como baila al son de nuestros pasos…
Las únicas diferencias son la posibilidad de crear uno mismo los pasos para las canciones elegidas (algo bastante tedioso, para qué nos vamos a engañar) y un modo llamado EyeToy en el que, como su propio nombre indica, podemos usar la EyeToy para usar las manos además de los pies al ritmo de la música.
Gráficos
Los gráficos en Dance Factory se pueden calificar como “aprobados por los pelos” y gracias. Un juego de estas características es cierto que no necesita unos gráficos espectaculares, pero hay momentos en los que se hacen bastante rústicos, como por ejemplo al presentar a nuestra “criatura” en pantalla. Poco más se puede decir.
Música / Sonido
Evidentemente, el mejor apartado de Dance Factory. La música suena genial, tanto las pistas incluidas con el juego, como las importadas (desde luego malo habría sido si este no fuera el mejor apartado del mismo).
Edición española
Dance Factory se nos presenta completamente en castellano, pudiendo elegir entre dos versiones, la que incluye únicamente el juego y la que además trae una alfombra. La edición analizada ha sido aquella que sólo contiene el juego, ya que es compatible con cualquier alfombra del mercado que soporte PS2.
Comparado con DDR
Con Dance Factory, Codemasters ha intentado echar un pulso a Konami y su Dance Dance Revolution, pero lamentablemente no ha conseguido ni siquiera sentarse a la mesa para iniciar el reto. La idea era buena, pero la ejecución no tanto, quedando como resultado un título normalito muy por debajo de lo que se podía haber conseguido.
Conclusión
Si no tienes otra cosa a mano o no te importa estar horas creando tu mismo los pasos para las canciones, Dance Factory está bien. Pero si quieres la calidad de una casa que leva más de 15 años en el mundillo, con todo lo que ello supone, Dance Dance Revolution es tu juego.
Lo mejor: la posibilidad de importar tus propias canciones desde tus CDs de música.
Lo peor: los pasos creados automáticamente no están bien sincronizados con el ritmo de las canciones.
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Horas jugadas: 5
Jugabilidad: 6 Gráficos: 5 Música y sonido: 9 Modo multijugador: 7 Edición española: 7 Nota final: 6.5