La historia vuelve a repetirse, esta vez, con un nuevo aspecto renovado en un título que mezcla de manera destacable los puzzles y las plataformas, con una nueva jugabilidad. ¿Estará a la altura?
Aquellos maravillosos años
Los jugadores más veteranos esbozarán una sonrisa infantil al jugar al título que tenemos en nuestras manos. Nintendo, allá por el año 1981, creó un clásico un hito en el mundo del videojuego: Donkey Kong, un título arcade plataformero. En el primer videojuego protagonizado por Donkey Kong, el cual secuestró a una dama, Mario debía encargarse de rescatarla, como todo buen héroe. Fue un juego que marcó un antes y un después y que cuajó entre el gran público, tanto americano como japonés, por lo que un gran personaje como Shigeru Miyamoto empezó a subir peldaños en el ámbito del ocio y entretenimiento de software lúdico, gracias al encargo de Hiroshi Yamauchi, por aquel entonces, presidente de la compañía nipona. En NES salió al mercado en 1983, aunque las versiones para infinidad de plataformas era patente y muy característica.
Pues así es, ahora no será Mario quien nos saque las castañas del fuego, sino los Minismario, unos simpáticos clones producto de Minimario Toy Company, empresa juguetera que ha sido encargada del diseño y creación de estos muñequitos tan carismáticos. Pero, ¿podrías adivinar cual es el presidente de la esta industria juguetera? Acertasteis, Mario, ese personaje que ha realizado multitud de trabajos habidos y por haber, ya no sólo de deportista (los juegos deportivos donde ha aparecido nuestro fontanero favorito) sino de médico y piloto de karts. Como consecuencia de las buenas ventas de estos simpáticos juguetitos, Mario decide abrir un gran parque de atracciones donde los protagonistas esenciales son los Minis y Pauline, la invitada de honor que inaugura la feria. Pero el despiadado y celoso Donkey secuestra a la preciosa chica como arrebato por haber elegido el juguete de Mario en detrimento por el del simio. Entonces el mono se parapeta en la azotea y es cuando entran en acción nuestros queridos Minimarios, ordenados como no, por Mario.
Simple pero encantador
Si pudiéramos elegir una sola palabra para definir el aspecto gráfico del título, sería simple. No hay nada que llame especialmente la atención, la paleta de colores es viva y muy variada, con diversidad de escenarios (bien ideados y diseñados), con ese toque tan especial que Nintendo hace gala en sus juegos. Sí, es simple, pero efectista y bonito y hace que te entres unas ganas enormes de jugar.
Jugabilidad intuitiva pero errónea
Intuitivo, es lo primero que se nos viene a la cabeza tras unos primeros contactos con el juego de marras. Llevadero y muy simpático, eso sí, sin olvidarnos de la sencillez, principal baza del cartucho de la DS. Nuestro cometido consiste en llegar a la azotea, el último piso de todos, pero para ello, debemos subir cada una de las plantas que tiene el edificio, comenzando por el bajo (B) y terminando en la azotea.
El título consta de nueve pisos a recorrer, pero en cada piso debemos superar nueve escenarios, así como un enfrentamiento con Donkey. Nuestro éxito en la misión se irá complicando cada vez más a medida que vayamos avanzando y subiendo pisos. Ahí es donde el juego brilla con luz propia, donde la jugabilidad se basa en la resolución de pequeños puzzles, y los grupos de minis tendrán que llegar a una salida, para seguir en la andadura del rescate final. Los minis estarán situados, al principio de manera aleatoria, y nosotros mediantes el stylus, debemos de llevarlos a la salida, utilizando tintes estratégicos para ello. Pero el tiempo corre en contra nuestra, ya que a medida que tardemos más en dar la salida a la nueva planta, amén de realizar cadenas de minis (por ejemplo, llegar a la puerta con todos los minis a la vez o en grupo de dos o tres, nos darán más puntos que que los minis lleguen dispersados) menor será la medalla, en rango de oro, plata y bronce que conseguiremos al final de la fase.
Manos a la obra
Una de las opciones más divertidas del Mario VS Donkey Kong 2: La marcha de los Minis es su editor de construcción de escenarios. Una vez que acabemos el juego, si queremos, podemos diseñar nuestros escenarios a nuestro gusto, aunque ya podremos hacerlos a medida que avancemos en nuestra aventura, aunque los elementos serán carentes al principio y a medida que vayamos superando los retos que nos pone Donkey, mayor serán las herramientas de que dispondremos para idear esos escenarios. Pero la complejidad es nula en este caso y los usuarios más avezados en este aspecto echarán de menos un editor más acorde con ellos. Aún así y unido esto a las funcionalidades de Nintendo Wi-Fi, es un apartado muy a tener en cuenta.
Edición española
Está a la altura, con textos en castellano, con un manual amplio a todo color y que explica todas las funciones y características del título.
A modo de conclusión
Un título muy a tener en cuenta para usuarios que gusten de juegos de plataformas con dosis de puzzles y estrategia, con un gran modo de editor de escenarios y buenas posibilidades a través de Nintendo Wi-Fi e Internet, pero que peca en el control de los minis a través del stylus, amén de una duración y complejidad/dificultad mayor, que le restan enteros para haberse convertido en un título excelso para la portátil de Nintendo.
- Todo se controla con nuestros stylus.
- Editor de escenarios.
- Funcionalidades de Internet con Nintendo Wi-Fi.
Lo peor:
- Corto a nivel de duración.
- Sencillo, muy sencillo.