Análisis de Spore (PC)

Carátula Spore

Fecha de lanzamiento: 05 de septiembre del 2008

Características: PC-Miscelánea-Estrategia-Era Prehistórica-Tiempo actual-Futurista

Distribuidor: Electronic Arts

Productor: Electronic Arts

Desarrollador: Maxis

Precio: 59,95€

Manual: Castellano.
Textos: Castellano.
Voces: NS/NC.

Código PEGI: +12

Web oficial: Disponible

 

Imagen 17 de Spore

Imagen 16 de Spore

Imagen 15 de Spore

Imagen 14 de Spore

Imagen 13 de Spore

Imagen 12 de Spore

Jugabilidad

Spore no se define por un solo tipo de jugabilidad, pues lo que empieza siendo como un comecocos donde Pac-Man está encarnado por tu ameba y tus enemigos, por las células agresivas y las de mayor tamaño, acaba siendo un juego parecido a estrategia en tiempo real, en un universo que debes explorar, conocer y, si te atreves, colonizar.

La primera de las fases del juego es muy básica, pues sólo se trata de buscar comida en el “caldo primordial” en donde anidan todas las criaturas que en ese momento existen en el planeta. Además, al reproducirte conseguirás puntos de evolución que redundarán en tus habilidades. Poco a poco, tu organismo irá aumentando de tamaño, y lo que antes eran enemigos de los que huir, pronto serán tu almuerzo. En el caso de las células herbívoras no cambia mucho, salvo porque tendrás que alimentarte de pequeños restos de vegetales en lugar de trozos de carne u otras criaturas.

La siguiente fase del juego transcurre cuando tu criatura pisa tierra firme por primera vez. Un mundo nuevo se abre ante ti y el deber de explorarlo es primordial, pues encontrarás partes desperdigadas que añadir a tu inventario (esta manera de conseguirlas podría haber estado más desarrollada), e interactuar con otras especies, amén de la imprescindible reproducción que te permitirá salir a explorar o a cazar con aliados (imprescindible si pretendes asaltar y exterminar una manada de una especie enemiga). Cuando la barra de evolución llegue al siguiente punto, estarás listo para que tu especie forme una tribu.

El estadio tribal es donde comienzas a disponer de construcciones, de un asentamiento donde antes sólo había un nido, y de herramientas y armas más sofisticadas. A parte de eso, no se diferencia mucho de la fase anterior del juego, como tampoco es muy distinta la siguiente, el estadio de civilización.

Como civilización, podrás construir casas, fábricas, centros de ocio y torretas defensivas, un elenco ciertamente pobre si lo comparamos con cualquier juego de estrategia, por simple que sea. Consuela saber que esas construcciones estarán diseñadas por nosotros, a nuestro gusto, de igual modo que los vehículos terrestres con que colonizaremos nuestro continente, los marítimos con que salvaguardaremos nuestras costas y los aéreos, imprescindibles para llevar nuestra cultura allende los mares y conseguir así, por fin, el dominio del planeta. Pero más allá de cumplir esos objetivos preasignados y fácilmente asumibles, no habrá mucho más.

El último de los estadios, el espacial, es quizá el más amplio, aunque también deja un regusto de simplicidad que hace que el juego acabe del mismo modo que se desarrolla, desaprovechado. Con la nave espacial de que estarás dotado, tu misión consiste en salir a explorar el cosmos, un lugar inmenso y abundantemente poblado. Interactuar con las civilizaciones que te encuentres y colonizar otros planetas será el objetivo, mediante unas cuantas opciones diplomáticas y el comercio, amén de la siempre disponible violencia para conquistar planetas poco amistosos, que los habrá.

Aspecto gráfico

El nivel gráfico del juego es notablemente bueno, con unas texturas muy nítidas que definen moderadamente bien los planetas, las criaturas, los edificios y los vehículos. Algunos de los ocasos de los que seremos espectadores en nuestro planeta o en otros son tan irreales como bellos, y aunque el juego no requiera de grandes efectos, tener en pantalla criaturas tan variopintas y la sensación que produce ver tus creaciones en el mapa hace de Spore un juego vistoso, alegre en cuanto a colorido y simple en sus formas, pero no por ello menos cautivador. Una cámara fácilmente manejable (aunque con alguna que otra incomodidad fruto precisamente de esa total libertad) nos permitirá alejar y acercar el zoom, y cambiar el ángulo de visión en varios ejes.

Además, hay abundantes animaciones que amenizarán el devenir de las primeras partidas.

Música y sonido

Éste es un apartado en el que el juego no destaca, sobre todo porque algunas de nuestras criaturas emitirán suaves sonidos sin importar de cuán feroces las diseñemos. Al interactuar, nuestras criaturas emitirán un sonido u otro (dependiendo de si sólo estamos adulando a algún vecino o si estamos peleando con un enemigo), pero, y al igual que pasa con las partes que podemos añadir, se echa en falta unos sonidos más fieros en la totalidad de las acciones que podamos hacer con una criatura que, por ejemplo, hayamos diseñado exclusivamente para intimidar y devorar. Hasta el rugido más dulce de un león hacia su cachorro puede resultarnos pavoroso, y eso es algo que en Spore no ocurre.

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