Análisis de StarCraft II: Wings of Liberty (PC)

Carátula StarCraft II: Wings of Liberty

Fecha de lanzamiento: 27 de julio del 2010

Características: PC-Táctica(s)-Estrategia-Tiempo Real-Futurista-Fantástico

Distribuidor: Blizzard Entertainment

Productor: Activision Blizzard

Desarrollador: Blizzard Entertaiment

Precio: 59,95€

Código PEGI: +18

Web oficial: Disponible

Requisitos: Windows® XP/Windows Vista®/Windows® 7 (Actualizado con el último Service Pack) con DirectX® 9.0c - Procesador 2.6 GHz Pentium® IV o equivalente AMD Athlon® - Tarjeta gráfica de 128 MB PCIe NVIDIA® GeForce® 6600 GT o ATI Radeon® 9800 PRO o mejor - 12 GB disponibles en disco duro - 1 GB RAM (1.5 GB con Windows Vista®/Windows® 7) - Lector DVD-ROM -Conexión a internet

Requisitos recomendados: Windows Vista®/Windows® 7 - Procesador Dual Core 2.4Ghz - 2 GB RAM - Tarjeta gráfica de 512 MB NVIDIA® GeForce® 8800 GTX o ATI Radeon® HD 3870 o mejor

 

Imagen 14 de StarCraft II: Wings of Liberty

Imagen 13 de StarCraft II: Wings of Liberty

Imagen 12 de StarCraft II: Wings of Liberty

Imagen 11 de StarCraft II: Wings of Liberty

Imagen 10 de StarCraft II: Wings of Liberty

Imagen 9 de StarCraft II: Wings of Liberty

Otra cuestión heredada del primer StarCraft es la construcción de edificios, tales como un Centro de Mandos, depósitos de suministros (que curiosamente cuantos más depósitos tengamos más unidades podemos tener), barracas, bahías de ingeniería, academias (aquí no se dan clases para oposiciones, sino que podremos mejorar las unidades de infantería), bunquers, fábricas, puertos estelares, etc. (esto sólo con los Terrans, pues el resto de razas tienen sus propias infraestructuras que suelen ser de una función similar a la de los Terrans). Lo increíble radica en que de una pequeña fábrica puede aparecer un mastodonte como el Thor, que dobla el tamaño a la fábrica o en el puerto estelar (del tamaño de un tanque el puerto enterito), un crucero estelar de dos veces el puerto. Y es que al parecer, en el futuro hay muchísimos problemas con el espacio (especialmente en los planetas recién conquistados) y los edificios son tamaño Tamagochi, tal como pasa en muchos estudios en Madrid.

Obviando lo de la creación de humanos y seres biológicos como los Zergs con gas vespeno y minerales y lo de las estructuras de construcción tamaño David el Gnomo. Entraremos en el sistema de juego basado en el modo campaña para un jugador, el multijugador y creación de mapas. Para empezar, contaremos con un pequeño pero preciso tutorial que ayudará a los que nunca han jugado al primer StarCraft. Tras familiarizarnos con el entorno, el cual es exactamente igual al primer juego, salvo por el hecho de zoom, empezamos la partida.

Aunque el tutorial sea sencillo saber controlar todas las unidades es una ardua tarea. Reconocer que unidad es mejor contra un enemigo o como establecer una estrategia de combate utilizando el mínimo de recursos posible y sin hacer uso del socorrido recurso de “ir a tierra quemada”, requiere de muchas horas de juego, experimentación y aprendizaje. Porque aunque existe un elaborado equilibrio entre todas las razas, cada unidad hace justicia al famoso juego de piedra, papel o tijera por lo que una unidad puede ser fuerte contra otro tipo de unidad pero débil contra otra.

La construcción de edificios tiene la misma ventaja y carencias de la primera versión. Aquí no encontramos ninguna novedad y aunque a los fanáticos del juego online y LAN les parezcan más que suficientes, no encontramos ninguna novedad, algunas necesarias como una empalizada o muro de protección muy típicas en todos los juegos de estrategia y que con el paso a las 3D era bastante sencillo de implementar.

Las misiones son bastante divertidas y variadas, se basan en resistir X tiempo un ataque, destruir algunas zonas importantes, robar algún elemento y protegerlo, proteger en el traslado a alguna persona e incluso robar el tren del dinero. Aquí Blizzard ha tenido un acierto no dejándose llevar por los otros videojuegos de estrategia y ha utilizado un argumento algo más cinematográfico.

En esta entrega se ha prescindido de las unidades heroicas. Éstas eran un elemento significativo, muy agradecido por el público. Pero al cambiarse la línea narrativa al espacio que hay ente las misiones, es mucho más sencillo quitar estas unidades y de esta manera, sus diálogos. Un acierto para aquellos a los que les gusta disfrutar de una partida larga es la consecución de los objetivos secundarios, los cuales nos depararán suculentos bonus que canjearemos posteriormente. Un ejemplo significativo está en una fase, donde destruyendo ciertas estructuras desbloquearemos una fase secreta.

La puntuación extra que consigamos al acabar las fases podrán ser cambiadas por mejoras, las cuales se encuentran en la fase de “descanso” o la “narrativa”, donde podremos ir al arsenal y mejorar nuestras unidades, comprar los servicios de los mercenarios o mejorar nuestras estructuras con tecnología alienígena en el laboratorio. Esta parte mejora sustancialmente a su predecesor, dotándole de un árbol evolutivo acorde a nuestras necesidades.

El modo campaña, que durará entre 15 a 30 horas, al igual que el primer StarCraft (mira que es casualidad), no es ni mucho menos el grosso del juego, pues quien lo adquiera y lo utilice sólo para jugar el modo campaña, está literalmente, tirando su dinero. Pues la apuesta on-line es sin duda la más divertida de todas.

Jugar el modo campaña y acabarlo no es más que la base de la montaña, siendo éste un entrenamiento para el modo online. Aquí disfrutaremos de lo lindo. Primeramente, al poder elegir a cualquiera de las tres razas, Terrans, Zergs y Protoss y pudiendo jugar del modo 1 vs 1 hasta el 4 vs 4, todos contra todos o contra la máquina de manera cooperativa. Aconsejo especializarse en una unidad y no ir alternando a lo loco, a no ser que seamos unos verdaderos maestros de las tres razas, en cuyo caso, ya deberíamos plantearnos salir al mundo exterior para alimentarnos y tener contacto humano, pues las horas necesarias para controlar estas unidades y ser medianamente buenos a nivel online, es abismal (siempre y cuando no hayamos sido jugadores online del anterior StarCraft).

Al menos, los más novatos tienen una ayudita y es que el sistema sólo nos hará enfrentarnos a rivales que estén a nuestra altura. Esto es un acierto gigantesco, pues si alguno de nosotros a jugado al Battle.net del primer StarCraft y a topado con algún ente humano que reside las 24 horas ahí, verá como somos masacrados en apenas unos segundos.

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