Es lo que se nos viene a la cabeza nada más tener un primer contacto con el juego, esos momentos de nuestra infancia cuando ibamos a las recreativas y pedíamos unos cinco duros más a nuestros padres para poder jugar otra partidita más. God Hand es divertido desde el principio, adictivo como pocos. La historia comentada anteriormente es sólo un trasfondo para el verdadero pilar del título de Clover, la acción más pura pero a la vez ridícula y sin complejos.
La jugabilidad es más bien sencilla, disponemos de nueve fases, cada una de ellas subdivididas a la vez en otras más dependiendo de dónde nos encontremos en la historia, y como no, nosotros (Gene) repartiendo cera que da gusto. Los golpes de que dispondremos serán muy variados, pudiendo crear combos (muy escasos), coger objetos que se encuentran por los escenarios, arrojar a los contrincantes, tirarlos por precipicios, etc. Pero a esto se añade dos funcionalidades que le otorgan algo de “originalidad” al título, si se puede aplicar correctamente ese término al mundo videojueguil tal y como estamos hoy día. La primera de ellas es rellenar una barra que tenemos en la parte inferior de la pantalla, en la cual, una vez la tenemos a tope, podemos descargarla a base de puñetazos y patadas sobre nuestros enemigos. La otra es un golpe especial, muy llamativo, que accionaremos y mediante la elección de dos botones, cuadrado y círculo, haremos que nuestros adversarios salgan disparados por los aires; este último golpe es preferible utilizarlo cuando nos encontremos rodeados por nuestros enemigos. Cuando logremos acabar un nivel, además de realizar nuestro grabado de partida, también podremos ir al casino a comprar nuevas técnicas o participar en torneos.
Donde el juego peca por completo es en la cámara, situado muy abajo, es decir, muy pegada al suelo y mostrándonos la espalda siempre de nuestro héroe, el problema no radica ahí, sino en la no posibilidad de giro de cámara libre, es decir, donde existen otros juegos donde a través de nuestro stick derecho podíamos mover la cámara, en God Hand esto no es así, determinando una funcionalidad de esquivo de golpes y tácticas evasivas, tales como volteretas, giros y demás acrobacias al stick derecho analógico. Esto provoca, más de una vez, un verdadero caos, ya que no vemos correctamente la situación de nuestros enemigos, si se encuentran detrás nuestro o alrededor, con lo que los golpes nos llueven a doquier. A esto hay que añadir que el juego es un poco exigente, sobre todo, para aquel que no esté habituado al género. Esto hace que le reste enteros a un título que podría hacer sido sobresaliente en este aspecto.
También cabe destacar ausencia de modo cooperativo o cualquier otro multijugador para poder compartir esta aventura de manporros.
Pasable, con manual de instrucciones traducidos a nuestro idioma, pero sin color (blanco y negro). Además el juego no ha sido doblado al castellano, aunque viendo el acting de los actores al inglés, muchas veces se prefiere. Los textos en pantalla si están en nuestro idioma.
Último golpe divino
Un título muy recomendable para todo amante de los juegos de acción machaca-botones más frenéticos de la consola de Sony de 128 bits, desengrasante y sin pretensiones, un beat’em up de los de época, con una historia resultona con humor ácido y obsceno, que pasa muy desapercibida y con una jugabilidad adictiva pero con fallos en la cámara y por lo consiguiente en el control. Un título muy correcto.