También el autor de la trilogía, Enki Bilal, rodó un largometraje llamado Immortel, en la cual mezcla sabiamente lo elementos más importantes de la trilogía para mostrarnos esa sociedad decadente y adicta de obra.
Este Nikopol, sigue la línea marcada en el cómic y se incia en lo que posiblemente también sea una trilogía del ocio electrónico. Después del desastroso e irregular “Paradise” de White Birds, parece que la empresa de Benoît Sokal se ha puesto las pilas y ha empezado a limar los fallos cometidos en su primera obra. Este Nikopol es sin duda el camino a seguir en sus futuras aventuras y aunque no es para nada perfecto, ni una obra maestra, sí muestra indicios de acercarse hacia el camino correcto.
Tipología de aventura e historia
Nos encontramos en una aventura gráfica de corte clásico point & click, con una vista de 360º y con gráficos prerenderizados, similar a juegos como Drácula o Myth, en el que controlamos a Niko Nikopol, hijo del protagonista del primer cómic y co-protagonista junto a su padre del segundo y tercer cómic.
Nuestro objetivo en esta aventura será encontrar a nuestro padre, al que el gobierno Chuoblanquista (del dictador Choublanc, que usa doctrinas muy similares a las de Mussolini) ha secuestrado. Además debemos ayudar a Anubis (dios egipcio con cabeza de chacal) a capturar a Horus (dios egipcio con cabeza de halcón) que pretende gobernar a los Inmortales a través del padre de Niko, accediendo al gobierno y consiguiendo el petróleo que tanto ansían los Inmortales para poder poner de nuevo su nave-pirámide, la cual está en mitad de Paris, en órbita. Debemos realizar todo esto intentando evitando ser descubierto, que no haya cambios políticos sustanciales, que no maten a nuestro padre y de paso, a nosotros. ¿Parece fácil no?
Gráficos
Lo primero que sorprende al probar Nikopol es la enorme calidad gráfica con la que está programado. El fantástico diseño de los decorados, con una absoluta riqueza gráfica en un entorno prerenderizado tan lleno de detalles y texturas, con un uso más que correcto de luces que crean efectos de sombra y normalmapping de una extrema calidad. Tanta calidad tienen los escenarios, que creo, casi con absoluta seguridad, que si estos gráficos en vez de haber sido redenterizados se hubieran movido con un motor gráfico en tiempo real, muy pocos ordenadores podrían haber movido este juego con una cierta fluidez.
Es fantástico ver los detalles, como cambian las texturas casi por centímetro cuadrado, los objetos rotos, el desorden, la cantidad de objetos por pantalla, el uso de las luces y sombras, el ambiente de un futuro sucio y totalmente callejero que vemos reflejado en las bolsas de basura, las pintadas por las paredes y los vagones del metro, las puertas de metal oxidadas y los edificios a medio construir, pero al igual que la película, abusan demasiado de los azules y grises.
Los personajes secundarios, también están realizados con una calidad sobresaliente y se mueven con extrema suavidad y gestos muy naturales (los Inmortales del juego son más imponentes que los de la película). Evidentemente también están realizados con gráficos prerenderizados por lo que cuando interactuamos con un personaje secundario, realmente estamos interactuando con un vídeo. Aún así, la calidad de estos es sorprendente. También los vídeos narrativos son de gran calidad, mostrando en viñetas el desarrollo de la historia y animaciones del paso de una a otra estancia de los decorados. Pero aunque el sistema está bien realizado, también tiene sus errores gráficos.
Primeramente se echa en falta más personajes secundarios y extras, tanto personas como extraterrestres que paseen por las calles, ya que aunque en la novela las ciudades estaban plagadas de habitantes, en el juego veremos apenas 5 o 7 personajes y nunca uno junto a otro.
Otro fallo es el mal o poco uso de la programación de partículas. Lo más que podemos visualizar será el humo de un incienso o la llama de una vela, pero se echa en falta luces en tiempo real, explosiones volumétricas, rotación de objetos, efecto de polvo en suspensión, papeles volando, etc.
Un recurso agradecido pero que denota la limitación del motor gráfico usado, es el paso de una estancia a otra. Para ello utiliza un efecto de zoom y después un fundido, creando la ilusión de que nos acercamos hacia una nueva zona, cuando realmente pasamos de una imagen estática a otra.
Pero el error gráfico más grave, reside en el efecto “ojo de pez” que se genera con este tipo de vista de 360º. Al movernos con el ratón por el escenario, muchos de los objetos se deformarán agrandándose o encogiéndose, por lo que después de un rato buscando objetos, podemos llegar a marearnos un poco. Esto se muestra realmente desagradable cuando enfocamos a un personaje y éste acaba totalmente deformado. El error radica en que la distancia focal donde se mueve la cámara está muy cerca del gráfico prerenderizado y crea ese efecto tan desagradable que por ejemplo no vemos en Drácula 3.
Sonido
La música es simplemente correcta. Las melodías son repetitivas aunque suaves por lo que no cansan demasiado al oírlas, además éstas cambian y aumentan su intensidad cuando nos encontramos en situaciones de peligro inminente. Los efectos sonoros son extremadamente escasos, aunque de vez en cuando escucharemos consignas políticas y religiosas, insultos y conversaciones de personajes que la mayoría de veces no vemos.
Las voces están perfectamente dobladas y la interpretación es bastante buena. Desgraciadamente, la mayoría de las veces la trama no crea situaciones que requieran una buena interpretación, salvo los momentos de huída, siendo la mayoría de las veces frases de aceptación o información sin matices, aunque cuando toca, hay que decir que el actor que dobla a Niko lo hace realmente bien.
Jugabilidad
Al ser un juego tipo point & click y tan plagado de objetos, la mayoría de las pantallas las pasaremos buscando el píxel, para coger un objeto o interactuar con él.
El cursor utiliza uno de los sistemas que más prefiero y es el uso de “todo a un clic”. Clicando con el botón izquierdo del ratón seleccionamos, el cursor cambia cuando se pueda realizar una acción y muestra una “x” debajo del cursor cuando no se pueda. Con el botón derecho llegamos al menú y podemos leer informes, cartas e interactuar con partes del escenario. Muy pocas veces podremos interactuar entre objetos y no podremos examinarlos, únicamente sabremos su nombre.
La dificultad no es extremadamente elevada al principio, pero progresivamente va aumentando sin salirse de la lógica, salvo ocasiones donde el azar juega un factor fundamental y debemos hacer uso del ensayo y error para resolver puzzles, siendo algunos de ellos largos y tediosos en contraposición con otros más imaginativos y divertidos pero en ningún momento ilógicos, por lo que si nos estrujamos un poco el cerebro, podremos resolverlos.
En ocasiones, nos veremos en situaciones de peligro, en los cuales debemos actuar rápidamente. No debemos preocuparnos, ya que si fallamos volveremos a repetir la acción desde el momento en donde nos quedemos no teniendo que repetir casi ningún movimiento realizado.
La trama fluye con fluidez y la historia, aunque escasa para la magnitud de la obra, nos da la información suficiente para seguir avanzando sin vacíos y sobre todo (algo que pasa mucho hoy en día con las aventuras gráficas), sin finales de relleno o semiacabados, por lo que aún siendo parte de una trilogía nos cuenta una historia de principio a fin.
Conclusión
¿Qué les aconsejo como aficionado al cómic, al cine y a los videojuegos? Pues primeramente que jueguen a esta aventura gráfica, que nos hará sentir estar dentro del cómic, palpando la estética magníficamente representada por White Birds. Posteriormente, vean la película ya que como se darán cuenta en el videojuego, nos faltan muchos detalles para hilvanar la trama en la que nos vemos envueltos. Finalmente léanse la trilogía. Que aunque bastante descendente a nivel de calidad y que muestra en su primer libro una historia apasionante que se va apagando en los siguientes a raíz de intentar adentrarse en la personalidad de los personajes, es quizás una de las mejores trilogías de ciencia ficción jamás escritas.
En conclusión, la mejor aventura gráfica de White Birds que aunque llena de pequeños errores sus virtudes son mucho mayores que sus defectos. Como aventura gráfica, apenas innova, pero su historia es tan apasionante, su ambiente tan logrado y sus gráficos tan exquisitos que me hace esperar con desesperación nuevas entregas que redondeen la trilogía de Bilal. Espero que las nuevas entregas mejoren las pequeñas asperezas de este Nikopol extremadamente corto, con 6 horas de juego podremos acabarlo, 3 &iocute; 4 si somos verdaderos aventureros y nos entregue una aventura más apasionante, más larga, con la misma atmósfera y si es posible con más personajes.