En esta historia, el jugador encarna a un agente secreto que se verá involucrado en la resolución de algunos sucesos extraños que están amenzando Washington D.C., aunque eso será sólo el principio y más adelante la trama realizará diversos giros, aunque no demasiado originales. Los enemigos humanos del principio irán quedando atrás a medida que avancemos, y los seres extraterrestres (de distina índole) cobrarán mayor protagonismo, aunque en ningún momento de la historia llegan a desaparecer por completo ni unos ni otros. La alternancia de enemigos es acertada y una de las mejores bazas de este juego, más que los propios enemigos en sí, por la diferente manera de atacar y defenderse de cada uno de ellos, que obligará al jugador a tomar un estilo dinámico.
Otro de los puntos fuertes de The Conduit es la jugabilidad, lograda y frenética en todo momento. Este shooter es de una acción directa y concisa. Casi siempre estaremos seguros de lo que tenemos que hacer, a dónde tenemos que ir o a quién debemos destruir. Una táctica contemplativa nos complicará las cosas y sólo será útil si no estamos seguros de en qué consiste el objetivo. Pero una vez está clara la misión, la manera más eficaz de combatir será ir de frente y no dar tregua a los enemigos. Además, una muy bien conseguida curva de aprendizaje hará que la primera parte del juego sea una paseo (en una hora se puede completar tranquilamente el 30% del juego en niveles de dificultad moderada) pero que paulatinamente se complique el avance.
Además, entra en juego una variable que son los trucos, pero no en forma de claves secretas para conseguir beneficios, sino como logros desbloqueables que harán más sencilla la última parte del juego si se nos está atragantando.
Las armas disponibles también influyen decisivamente en la jugabilidad, por su gran variedad y diferencias entre sí (contaremos incluso con letales y espectaculares armas alienígenas). También dispondremos de la EVA, una esfera que recogeremos en nuestra primera misión y que sirve para detectar e interactuar con objetos o enemigos que son invisibles en un primer momento.
El apartado técnico es bueno, con unos gráficos vistosos y coloridos aunque en ocasiones algo descuidados. Los enemigos gozan de bastante detalle y generalmente también los escenarios, si bien es cierto que la mayoría de ellos son interiores y parecidos entre sí, y es posible que eventualmente tengamos la sensación de haber pasado ya por un sitio. Las armas y sus efectos también nos llamarán la atención, en especial las de origen extraterrestre. Por todo ello, el acabado general es bueno tratándose de un juego de Wii, y el sonido suele acompañar perfectamente la acción.
La edición española consta de subtítulos en el juego y el manual en castellano, con una buena localización salvo por las voces en inglés. Además de la versión analizada, existe una versión de coleccionista con la caja metálica y en relieve, una guía de 20 páginas y algunos diseños nuevos tanto para el modo campaña como el multijugador.
Conclusión: The Conduit es un buen juego por su acción directa y rápida y por pequeños detalles en la jugabilidad que aportan un aire de novedad. Pese a una trama poco elaborada y una campaña quizá demasiado corta, el juego suple con diversión lo primero y con el modo multijugador lo segundo.
Lo mejor: El estilo de juego, la curva de aprendizaje y algunas novedades en la jugabilidad.
Lo peor: El guión.