Nos tenemos que retrotraer hasta la II Guerra Mundial. La Alemania de Hitler se expande sin control por Europa y ahora ha puesto su punto de mira en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La todopoderosa Luftwaffe es la dueña de los cielos y el Ejército Rojo necesita una unidad que sea capaz de hacerla frente. Stalin tenía la filosofía de que las unidades aéreas eran un complemento indispensable de apoyo para las fuerzas terrestres. Y bajo esta filosofía se diseña y construye el IL-2.
El IL-2 es un avión de ataque que se pone en funcionamiento en 1939 (Unos cuantos años antes de que Hitler ordene la invasión de la URSS). Si hubiera que describirlo de alguna forma, podría decirse que se trataba de un casi un tanque con alas, especializado en ataques a tierra y que hacía gala de una de un resistente blindaje, muy superior al del resto de aviones de la época, y de una potencia de fuego excepcionales.
Protagonista absoluto en las filas del Ejército Rojo durante el enfrentamiento con Alemania, se llegaron a producir hasta 1000 unidades al mes a lo largo de todo el período que duró la invasión nazi.
La simulación en las consolas
La franquicia IL-2 Sturmovik no es nueva en esto de la simulación. Los compatibles ya han podido disfrutar de varias entregas y ahora le ha llegado el turno a las consolas.
Pero el crear para una consola un simulador (tal y como entendemos desde P4P lo que es un simulador; es decir, un sistema informático compuesto de hardware y software, que es capaz de emular fielmente las condiciones que se sucederían en la vida real en la situación que se recrea) es un tema bastante espinoso. Para las consolas no tenemos la capacidad de personalización que se dispone en los equipos de sobremesa. No tenemos teclado, no hay joysticks adaptados… el pad sirve porque es analógico, pero la sensibilidad que tiene impide hacer ciertas cosas que si se pueden hacer con los joysticks de mediana calidad.
La traducción de toda esta argumentación es que si hacen un simulador muy purista, los usuarios de consola probablemente le dieran de lado por su excesiva complejidad; mientras que si lo convierten en algo más arcade, el concepto “simulador” se desvanece, alejando con ello a sus potenciales clientes. Un ejemplo muy claro lo tenemos en los Ace Combat o el más reciente Tom Clancy’s Hawk. Juegos de aviones muy divertidos, pero con un componente de simulación más bien nulo.
Así que bajo estas premisas 1C Company y Gaijin Software han buscado un equilibrio de fuerzas que, a nuestro juicio, resulta de lo más acertado; eso sí, teniendo en cuenta que no tiene nada que ver con las versión de compatibles.
Tenemos tres grados de acercamiento: Arcade, Realista y Simulación. Como es evidente suponer, el primero de ellos nos permite disfrutar de un muy divertido juego de combates aéreos, en donde disponemos de un montón de ayudas para volar y disparar; que a medida que avanzamos en la escala de dificultad van desapareciendo progresivamente para otorgarnos un control mucho más exacto de la nave que pilotamos.
Participa de la historia
La II Guerra Mundial fue un conflicto que involucró a todas las potencias del mundo y que salpicó de sangre y muertos casi todos los continente del planeta. Nosotros reduciremos nuestro ámbito de actuación a los combates en territorio europeo y en aquellos en los que los soviéticos tuvieron cierta importancia y notoriedad.
Durante la campaña y posteriormente en las misiones individuales volaremos por zonas de la campiña inglesa e italiana. Tendremos la responsabilidad de defender a la madre patria de la invasión nazi; y dispondremos del honor de ser parte activa de las fuerzas que ayudaron a impedir su avance en la famosa “Batalla de las Ardenas”, la última gran esperanza de Hitler de someter a los aliados en Europa. Finalmente, volaremos sobre los cielos de Berlín para asestar el último golpe a una potencia ya debilitada y forzar la caída del III Recih.
Pero antes de acometer semejantes heroicidades, hay que aprender a manejar nuestra herramienta de trabajo. Un flamante IL-2, el orgullo de la aviación soviética, y un verdadero dolor de cabeza para las fuerzas enemigas.
La curva de aprendizaje es bastante cómoda. A lo largo de una serie de misiones de tutorial empezaremos a dominar la aviónica básica, para posteriormente meternos de lleno en los sistemas de armamento.
Según deseemos para la campaña, y por imposición en algunas misiones individuales, escogeremos nuestro nivel de dificultad de los tres disponibles y podremos salir a dar una vuelta con nuestro “juguete”. Tan solo hay una premisa, hay que volver vivo. Y a ser posible con el cacharro entero que las reparaciones son bastante costosas, y más en tiempo de guerra.
El número de misiones es bastante amplio. La campaña cuenta con 20 y luego disponibles habrá en torno a otras 50. Insistimos en el concepto de aprender a dominar todos los sistemas de manejo del avión y de armamento, ya que muchas de esas misiones implicarán renunciar a las ayudas. Es una manera muy sutil de poder decir que IL-2 Sturmovik es un simulador y no un simple mata-mata con alas.
Y como en las guerras nunca se lucha solo, a nuestro lado tendremos generalmente a unos estimados compañeros de vuelo. En algunas misiones incluso podremos dirigirlos. Su IA, así como la de los enemigos a los que haremos frente, está muy bien ajustada; aunque eso no quiere decir que alguna vez no actúen en plan kamikaze y provoquen que la misión se vaya al traste.
Gráficos
El modelado del avión es exquisito. La cabina de mandos cuenta con multitud de detalles e indicadores que de verdad funcionan y no son una simple representación; y exteriormente nuestro IL-2 es muy fiel al original. La física de daños también hace acto de presencia, aparte de en el comportamiento de vuelo, en mostrarnos los efectos de los impactos enemigos en la estructura de nuestro aparato. Agujeros de bala, rasponazos, cristales rotos… se mostrarán en pantalla. Simplemente desearos suerte ya que, aunque muy bonitos, demasiados impactos, o alguno en determinadas zonas clave provocarán el entrar en pérdida y estrellarnos contra el duro suelo.
Pero el juego no solo implica el detallado de la aeronave, sino también el entorno por el que nos movemos. Primeramente indicar que cada escenario es inmenso. Hay que tener en cuenta las velocidades a las que se mueve un avión, y por tanto la distancia que es capaz de cubrir. Representar todo eso con una calidad casi fotográfica es bastante complicado, y en IL-2 Sturmovik lo han hecho reduciendo cierta cantidad de detalles. Si bien desde el cielo todo se ve muy bonito, en cuanto comencemos un ataque a ras de suelo apreciaremos que no todo brilla tanto como parece. Árboles y casas, de cerca, no son tan bonitos como se pudiera esperar. No obstante, el resultado general es muy bueno.
Efectos sonoros
Aquí el verdadero protagonista es el avión, y sus creadores argumentan que han sido bastante fieles al original. Evidentemente no es posible saber a ciencia cierta cómo sonaba un IL-2 en pleno vuelo recién salidito de fábrica, pero aún así, los efectos que se han aplicado a todo lo concerniente a él es de un gran nivel.
Por su parte, la banda sonora es puramente orquestal y con un toque marcial que le imprime esa dosis justa de heroísmo a la batalla que nos traemos entre manos.
Edición Española
Absolutamente todo está localizado a nuestro idioma. La verdad es que nos ha sorprendido muy gratamente ya que generalmente en este tipo de juegos se deja todo en inglés. Un buen detalle de la productora acordarse de nuestro mercado. Además, ha visto reducido su precio hasta los 29.95€ lo que lo convierte en una opción muy seria para adquirir en caso de ser un aficionado a este tipo de juegos
Conclusión
IL-2 Sturmovik representa la incursión seria del género de los simuladores en las consolas actuales. Sin llegar a ser un producto apto para puristas del género, no defraudará al resto.
Lo mejor: El hecho de que este título abre una puerta a las consolas a un género bastante vetado para ellas
Lo peor: Los puristas pueden llegar a sentirse defraudados.