Uno de los pilares fundamentales a la hora de trabajar en un videojuego es la propia historia que se nos va a relatar. El primer Just Cause flojeaba en este aspecto; y el segundo, aunque no tanto, sigue en la misma línea. En teoría hay una línea argumental más o menos clara que consiste en derrocar a un nuevo dictador. En esta ocasión este inmundo ser, que se hace llamar Baby Panay, tiene la ayuda de un traidor de nuestra agencia. Esa persona es Tom Sheldon, el maestro y mentor de Rico Rodríguez, nuestro James Bond particular. A lo largo y ancho de la isla de Panau tendremos que ir resolviendo misiones y forjando alianzas con lugareños de toda casta social para evitar que sus planes se lleven a buen término. Y hasta aquí toda la historia que hay.
Como se puede deducir, los guionistas no se han devanado en exceso lo sesos y han recurrido a un montón de topicazos para conformar el argumento narrativo de JC2. Nosotros más que el desarrollo de una historia, lo que vemos es que era necesario un hilo de conexión entre los diferentes momentos de acción y situaciones límite que vamos a atravesar, y que básicamente, es a lo que se han dedicado. Una verdadera lástima porque al tratarse de un juego tan largo en términos de duración, una historia sólida, aparte de profundidad, hubiera aportado un extra de ganas de seguir avanzando; cosa que en este caso en concreto de JC2 no ocurre.
Una extensa isla donde perderse
JC2 es un juego del tipo cajón de arena de manual. Ya desde el primer minuto la sensación de libertad es absoluta. Tras aterrizar tras un sencillo salto en paracaídas de un helicóptero (viva la originalidad, es la misma entrada que realizábamos en JC1) tendremos a nuestros pies una extensión que, según sus creadores, ronda los 1000 kilómetros cuadrados. Nosotros no los hemos contado todos, pero si os podemos decir que el mapa de la isla de Panau es de lo más grande y extenso que hemos podido ver.
Pero volvamos con Rico que ya está en tierra esperando nuestras indicaciones. La única forma de ir avanzando entre la historia es a través de los lugareños. Pero no de los pobrecitos habitantes que sufren el apretado yugo de su líder autoritario, sino de los rebeldes revolucionarios o de la multitud de bandas criminales que pueblan Panau. Nosotros decidimos de qué manera nos acercamos a la cabeza del Estado y su ayudante, únicamente destacar la exagerada duración que puede llegar a tener JC2, simplemente completando las misiones necesarias para ir desbloqueando los hitos de la trama principal, cuando lleguemos al final solo habremos completado con éxito aproximadamente un 35% del juego. El resto son misiones secundarias que, como siempre pasa en este tipo de juegos, solo las completan los más fanáticos del título. El resto de los mortales seguramente nos conformaremos con llegar a ver el final.
JC2 ha mejorado sustancialmente el pésimo sistema de control de su antecesor. Aún así, sigue resultando algo complejo en los primeros momentos realizar según qué tipos de acciones. No obstante, no os preocupéis. El juego incorpora unos primeros niveles de tutorial, con una curva de aprendizaje bastante plana. Veréis como después de unas pocas horas, el saltar de vehículos en marcha, disparar con cierta precisión o manejar el inventario os parecen cosas banales.
A medida que avancemos en el transcurso del juego, iremos incautando vehículos y armas (en forma de cajas en las instalaciones enemigas) que posteriormente tendremos disponibles en el Mercado Negro. Este recinto es la única forma de obtener ciertos equipamientos, aunque como es obvio, si por la calle encontramos alguien que tiene el arma o coche que queremos, siempre podremos tomárselo prestado.
Apartado Técnico
JC2 no destacará por el excelente detallado de sus personajes o escenarios. La verdad es que el acabado general es bastante discreto. Simplemente quedarse en esa afirmación sería dar una visión muy sesgada de lo que Avalanche Studios nos ha puesto encima de la mesa. Aquí no hay fases de tipo pasillo, no hay arbustos que nos cortan el paso ni barrancos que nos impidan avanzar más allá de lo que vemos. Tenemos una isla enterita para movernos a nuestras anchas. Una isla de dimensiones descomunales que se mueve suavemente delante de nuestras narices sin tiempos de carga apreciables.
Evidentemente esta tremenda capacidad de mostrarnos un terreno tan amplio tiene sus limitaciones, y estas son el detallado general. Así que no veamos el vaso medio vacío, seamos capaces de ver el vaso y medio lleno y apreciemos ese complicado trabajo, que además, viene acompañado de unos extensos juegos de luces (que sirven para camuflar estas carencias que comentamos) y un ciclo continuo de día y noche que amenizará la partida y nos dará esa sensación de paso del tiempo necesaria.
Edición Española
JC2 viene completamente localizado a nuestro idioma, y además, teniendo en cuenta los antecedentes de la serie, con un resultado francamente mejor que su predecesor.
En España se han puesto a la venta dos ediciones, la normal y la de coleccionista. Esta última se diferencia por la inclusión de un mapa de la isla y una serie de armamento exclusivo para Rico.
Conclusión
JC2 es un juego de acción pura y dura. No esperes un argumento elaborado o intrincado, simplemente sirve de excusa para dar rienda suelta a nuestra capacidad destructiva a lo largo y ancho de la isla; y teniendo en cuenta sus exageradas dimensiones, eso da para muchas explosiones.
Lo mejor: La sensación de libertad.
Lo peor: El argumento es muy soso.