El argumento nos sitúa en el último tramo de la búsqueda de Alma por parte del también incombustible Point Man, después de asesinar a su peligroso hermano Paxton Fettel. O mejor dicho: después de creer haberlo asesinado. Aquel continúa presente, aunque esta vez como inseparable guía de nuestro protagonista, de forma espectral. A Point Man no le queda otra que aguantar a su fatídico hermano aun después de su muerte para avanzar hasta Alma y detener su parto, que podría desencadenar el peor de los males.
El problema principal de la historia es su paupérrimo desarrollo, pues apenas existen diálogos y escenas que profundicen en la historia, los desarrolladores se han conformado con la introducción de vídeos de transición superfluos. Ninguno de los ocho intervalos en los que se divide este título nos ofrece más información acerca de los entresijos de la búsqueda de Alma, siendo esta el único detalle de importancia que se cruza por nuestro camino.
Encañonándote
El tercer título de saga ha optado por la acción directa en tercera persona, marginando los trazos de tensión a la nada prácticamente. Además de un extenso arsenal, en algunos episodios contamos con un robot bípedo de temible repertorio con el que poder atravesar caminos infectados de armamento militar. Cuando superamos un intervalo, tenemos la posibilidad de manejar a nuestro querido hermano Paxton Fettel, pero la experiencia, pese a su combate basado en ataques psíquicos, se hace repetitiva. Lo único diferente es la escena final.
Sin una gota de diversidad jugable, la acción a miríadas propuesta por la obra que nos atañe puede colapsar hasta al más aguerrido de los jugadores, y no digamos ya qué efectos puede tener sobre quien busca una creación tétrica. En referencia a su dificultad podemos apuntar que si bien no es sencilla debido al daño que nos causan las armas de nuestros enemigos, tampoco es terrorífica. No tendremos ningún problema mayor siempre y cuando avancemos con cabeza, sobre todo si optamos por las dificultades más altas.
F.E.A.R. 3 nos ofrece un modo cooperativo y otro online del que hablaremos en el siguiente párrafo. El cooperativo nos da la posibilidad de manejar al mismo tiempo a ambos hermanos, cada uno con su estilo de combate. Point Man utiliza las armas de fuego y los ataques cuerpo a cuerpo, como cualquier otro soldado, mientras Paxton Fettel saca a relucir sus ya comentados poderes psíquicos. A medida que avanzan en la historia reciben una puntuación individualizada en cuatro campos: Agresión, Tácticas, Aptitud y Psíquico. Estos, al término de la historia, definen la escena final que ha de dar por finalizada nuestra odisea. Por lo tanto, se trata de un modo tan cooperativo como competitivo.
Por su parte el contenido más divertido de este título, el multijugador online, se divide en cuatro modalidades: “¡Corre!”, “Contradicciones”, “Espíritu Superviviente” y “Rey de las Almas”, en cada una de ellas los cuatro jugadores que pueden participar simultáneamente viven dinámicas muy variadas. En “¡Corre!”, los jugadores deben avanzar por el escenario para evitar ser engullidos por el Muro de la Muerte de Alma. Tan solo bastará que un miembro del equipo caiga en la niebla para dar por terminada la partida. “Contradicciones” requiere la plena cooperación del equipo. Durante los periodos de tranquilidad hemos de apuntalar con barricadas nuestra zona para hacer frente de la mejor manera a las oleadas enemigas que llegan acompañadas por una niebla cada vez más intensa. Uno de los modos más atractivos es el de “Espíritu Superviviente”. Mientras luchamos contra enemigos y más enemigos uno de los miembros de nuestro equipo queda corrompido por Alma, siendo su objetivo arrastrar a la oscuridad al resto. La imposible tarea de resistir ante la más que adversa situación que se nos presenta es interesantísima, aunque también puede resultar frustrante. Por último, “Rey de las Almas” convierte a los jugadores en espectros que pueden poseer a sus enemigos. La encarnizada lucha por matar a combatientes manejados por la máquina nutre nuestras respectivas puntuaciones. Si morimos, perdemos la mitad de las almas conseguidas. Cada uno de estos modos posee tres mapas diferentes en los que se desarrolla la acción, una recopilación que puede parecer escasa en cuanto a cantidad, sin embargo la intensidad con la que se vive cada partida nos hace olvidar el escueto repertorio de escenarios.
¡Cuánto tiempo sin veros! Bueno, no tanto
A nivel gráfico F.E.A.R. 3 ofrece claroscuros desde el primer instante. La calidad de las texturas es buena pero queda estropeada por la inexistencia de efectos visuales destacados cuando intentamos interaccionar con el escenario. Por su parte, el apartado artístico no es nada del otro mundo, el diseño de nuestros adversarios (soldados, comandantes de Armacham, sectarios, caníbales y las representaciones de las apariciones de Alma) se ha estancado y los escenarios nos plantean poco más que interiores sobrios y discretos exteriores ciudadanos. Algún bosque e interior singular rompen con la monotonía, pero se trata de una evidentísima minoría.
El aspecto sonoro está trabajado fundamentalmente en los retazos de mayor tensión psicológica para conseguir una ambientación aterradora. No obstante, puesto que estos fragmentos son exiguos durante el juego, los efectos sonoros tienen poca repercusión y, por ende, pasan a un segundo plano. A pesar de que el doblaje en español tampoco tiene una gran incidencia, nos congratula que la productora se haya esforzado en este sentido.
Conclusión
F.E.A.R. 3 es un juego de acción entretenido, muy alejado del concepto del primer título de la saga, y más cercano a la acción del segundo. El modo historia queda asfixiado por una jugabilidad común y una historia que salpica, como mera excusa, los capítulos a través de los que avanzamos, sin profundizar en ninguno de los aspectos argumentales. Destaca por encima del resto el modo online por la atractiva puesta en escena de diversos estilos de juego, siendo precisamente este apartado el que debe convencer o ahuyentar al jugador a la hora de decidir si esta aventura es la idónea.
Lo mejor:
Lo peor: