Age of Empires Online es lo mismo que ya conoce cualquier seguidor de los títulos precedentes, pero con una diferencia determinante: la partida no acaba al aplastar al contrario en el mapa de turno, sino que hay toda una ciudad que "levear", multitud de equipamiento con el que mejorar tus unidades y un enorme puñado de misiones cuyas recompensas irán desde lo decorativo hasta lo funcional, pasando por lo económico. También, como no podía ser de otro modo, existe un modo PvP y uno cooperativo en buena parte de las misiones.
Es cierto que AoE Online podía generar dudas acerca de su funcionamiento, pero una vez se empieza a jugar, el desarrollo es claro y ameno. Con el componente rolero en una gran proporción de la fórmula, el juego será fácil de interpretar para cualquier estretega que haya probado alguna vez un MMORPG. E incluso esto no será necesario.
En AoE III teníamos una metrópoli cuyo nivel subíamos para desbloquear cartas que daban acceso a unidades o tecnologías nuevas, por ejemplo. En AoE Online ocurre lo mismo, pero no acaba ahí. Los tesoros que recogemos ahora ya no son recursos, sino equipamiento o materiales; objetos, en definitiva, lo cual dota al juego de una vertiente comercial importante, ya que se nos permite la venta, la compra o la fabricación de numerosos ítems a partir de esos objetos. Todo para conseguir mejor equipamiento y afrontar con más garantías las misiones más difíciles, pero también más suculentas.
Dentro de la partida, no obstante, se ha vuelto a la primera entrega se la serie, y en esta ocasión, la única manera de obtener oro y, en definitiva, de crear ejército, se ha limitado a las minas repartidas por el mapa y la usualmente testimonial cantidad que podamos conseguir mediante el comercio de caravanas. Sin plantaciones ni fábricas, el flujo de oro es limitado y, por tanto, las partidas difícilmente muy largas. Aunque estamos convencidos que es algo que se ha hecho a propósito para potenciar la sencillez y dar calidez a los recién llegados, creemos que es un paso hacia la simplicidad que no gustará a quienes aspiren al mayor ejécito posible, con todas las mejoras aplicadas. Algunas tecnologías, además, son muy caras y sólo serán rentables en muy contadas ocasiones, por la duración de la partida y la limitación de oro ya mencionadas, lo que hace que no se pueda disfrutar el juego totalmente.
El aspecto técnico de AoE Online es peculiar. En una época donde la tecnología empuja cada vez más al realismo, en esta ocasión se ha optado por un estilo caricaturesco, incluso infantil, pero agradable a la vista y muy nítido. Algunos de los sonidos franquicia de la serie, como el "wololó" de los sacerdotes al convertir enemigos, se habían cambiado o eliminado, lo cual era un tema recurrente en el chat de los usuarios a tenor de nuestra experiencia. Lo que es indudable es que un guiño nostálgico como recuperar el wololó hubiera sido un acierto de cara a los más veteranos, y en el reciente parche del 30 de septiembre se han afanado a remediar eso, y a partir de ahora los sacerdotes ya tienen su wololó, aunque es una distinta versión. Rectificar es de sabios, como dice el refrán.
La particularidad de este AoE es su modo de pago. Hay una versión gratuita, actualizable a una versión premium, que consta de mayores opciones y algunas ventajas. No hay cuotas, y el pago se hará por contenidos (packs de decoración para la metrópoli, nuevas civilizaciones, expansiones con más misiones) de modo que cada uno elige cuánto y por qué pagar. De momento, sólo están disponibles la civilización egipcia y la griega (esta última también se vende en tiendas, aunque es sólo una tarjeta con un código y no un disco) y una expansión, aunque en breve se sumarán al catálogo los persas y los celtas. Aunque la versión gratuita da mucho juego, si el título realmente te convence, te recomendamos la versión premium.
Conclusión
Imagina un viejo Pac-Man al que le han lavado la cara, lo han implementado dentro de un mundo persistente y le han añadido el acicate de unos niveles que escalar para mejorar tus condiciones. Eso es Age of Empires Online; el mismo que hace trece años, pero renacido para amoldarse a unas tendencias que tanto han cambiado desde entonces.
Lo mejor: El regusto al original y la sencillez del funcionamiento en general.
Lo peor: Deja la sensación de estar limitado, tanto jugando las partidas como en la gestión de la metrópoli.