En el juego encarnamos a Tommy Domasi (Domasi Tawodi como nombre original); un indio Cherokee que no está a gusto con su vida en la reserva, donde se siente asfixiado y atrapado, soñando con irse en busca de una vida mejor junto a Jen, la mujer a la que ama. Lamentablemente para él, tanto su abuelo como Jen se sienten ligados a la tribu y a su pasado, e intentan hacerle comprender que su hogar está ahí con ellos y en ningún otro lugar.
Nada más empezar el juego nos encontraremos con Tommy mirandose al espejo del baño lamentándose de su situación, mientras escuchamos como Jen reclama su atención. A partir de ese momento tendremos nuestro primer contacto con los personajes, con los que conversaremos mientras investigamos el salón, donde el punto de gracia lo ponen una máquina de música y las máquinas de casino a las que podremos jugar y que nos encontraremos alguna vez más a lo largo del juego, como el Black Jack, el póquer o incluso una graciosa versión del comecocos en forma de guiño a Rune, otro famoso juego de Human Head.
Pero la normalidad terminará de inmediato, cuando de repente suene un aviso de emergencia por la tele y momentos después aparezca un extraño aparato en el cielo, abriendo el techo y llevándose todo lo que encuentre a su paso, nosotros incluidos. Después del momento de tensión despertaremos en un lugar extraño, atrapados en una especie de transportador que nos llevará a través de las largas e inmensas galerias de la nave hacia un destino desconocido.
Más adelante y gracias a un extraño ser conseguiremos liberarnos, pero tanto Jen como Enisi seguirán atrapados, y nuestra misión a partir de ahí será rescatarlos para poder huir.
Gráficos
Sin duda el mejor apartado del juego. Desde la llegada a la nave alienígena nos quedaremos asombrados por la calidad alcanzada, siendo sin duda el juego que mejor explota las posibilidades del motor de Doom 3 actualmente, muy por encima de otras opciones como Quake 4.
Lo primero que llama la atención es la gran calidad alcanzada en el texturizado de la nave, donde podremos encontrar todo tipo de superficies recreadas a la perfección y con todo lujo de detalles, primando sobretodo los tonos pastel que otorgan a los escenarios un aspecto siniestro bastante conseguido. Quizás el mayor pero que se les pueda poner es que algunas texturas adolecen de lo mismo que ya pasaba en Doom 3, y es que el bump algo excesivo y los enemigos siguen teniendo un ligero efecto “plástico”.
La iluminación dinámica y los sombreados en tiempo real son otros de los puntos fuertes del juego, siendo una buena muestra de la gran atmósfera que se puede conseguir si es utilizada de forma tan notable como aquí, donde observaremos los increíbles contrastes entre luces y sombras, que sumados al gran trabajo realizado en el diseño de los niveles, alternando entre espacios de pequeño tamaño con otros sencillamente colosales, nos dará una sensación general de estar realmente dentro de una nave que está viva y al acecho, con elementos como tentáculos en movimiento, conductos residuales, paredes en las que se mezcla el brillante metal con elementos orgánicos, plataformas flotantes o incluso pequeños sistemas basados en planetas miniaturizados, que en ocasiones nos recordará a multitud de películas o libros de ciencia ficción y terror de los años 70 y 80, con marcos dignos de peliculas como Alien con esos magistrales diseños salidos de la mente del artista sueco H.R. Giger (también autor de los diseños de Dune o de juegos como Darkseed), y una galeria de monstruos a medio camino entre La Cosa de Carpenter y los monstruos de Lovecraft.
A pesar de la alta carga poligonal que poseen los escenarios y modelos, el rendimiento es excelente y podremos jugar perfectamente en Pc’s relativamente viejos, lo que resulta ser un gran punto a favor.
Música / Sonido
Los efectos sonoros son muy notables, destacando positivamente el increíble trabajo llevado a cabo con el doblaje, con una actuación vocal y entusiasmo que hacen muchísimo mas naturales y creíbles las escenas, aunque para bien o para mal todas las voces están en perfecto inglés con unos muy buenos subtítulos en español. El sonido de las armas también está muy conseguido, pero tal vez se hecha en falta algo mas de contundencia en los disparos.
La banda sonora ha corrido a cargo del compositor norteamericano Jeremy Soule, autor de la música de otros juegos como Guild Wars o el más reciente Elder Scrolls VI: Oblivion, y podemos decir que es simplemente sobrecogedora, resultando ser una de las mejores que podamos encontrar actualmente en un videojuego.
Calmadas gran parte del tiempo, susurrantes y silenciosas van pasando las melodías lentamente siguiendo nuestro avance hasta que nos encontremos en medio de una batalla o un paisaje sobrecojedor, momento en el cual se ensalzará hasta tal punto que pasará a formar parte de la escena como un todo, proporcionando al juego una inmensidad épica realmente lograda.