Tras un naufragio en el que muy pocos sobreviven, la marea te lleva hacia una isla. Tierra firme, al fin, tras el terrorífico océnao que te ha escupido, pero te hayas sin nada, desarmado y en un lugar plagado de bestias feroces y gentes no siempre amables. Así empieza Risen.
Con la introducción que precede, entrarás en la aventura de Risen. A partir de ahí, tendrás que valerte por ti mismo para salir adelante, y no siempre será fácil. Es un juego de rol, y haremos bien en recoger todo aquello que sea susceptible de llevar encima, bien sea para utilizarlo o para venderlo. En cuanto podamos, armaremos a nuestro personaje con una rama para que se pueda abrir paso por la isla, pues en cada recoveco habrá una jauría de lobos u otras bestias ávidas de atacarnos si nos acercamos lo suficiente. Una de nuestras prioridades, que aparece temprano y que no nos abandonará durante el resto del juego, será la de conseguir dinero, necesario para hacernos con objetos más útiles y comprar los favores de la gente. El dinero es tan esencial como escaso, así que será recomendable gastarlo con sensatez.
Risen aporta una historia intrincada que se va desgranando mediante los diálogos con los personajes, todos ellos con una coherencia magníficamente llevada, pues si hacemos un favor a alguien, éste, más adelante, seguro que nos ayuda, pero si le atacamos o le robamos, debemos esperar ninguna ayuda de él. Sin embargo, nos toparemos con tanta gente que no será difícil que en poco tiempo perdamos el hilo, pues cada persona puede tener una versión distinta del mismo hecho. Además, la ingente cantidad de nombres que deberemos memorizar (si queremos hacer el devenir del juego un poco más ágil) será un escollo más. Pero deberemos hablar con esas personas, ya que no sólo nos encomendarán misiones, sino que desbloquearán nuestro avance. Muchas de las misiones, no obstante, serán de dudoso honor o mérito, sobre todo las primeras. Así, nos encontraremos realizando cosas tan poco gratificantes como recoger huevos de gallina del suelo o, en no pocas ocasiones, haciendo de recadero, pasando mensajes de uno a otro personaje, con la opción eventual de traicionar a alguno de ellos y tomar partido.
Éste es un aspecto muy tedioso y se alarga bastante. Ese tipo de misiones serán las primeras que hagamos, pero si perseveramos, a medida que la historia avanza, llegan otros cometidos más heroicos o, por lo menos, dignos. A lo largo de la aventura transitaremos por una extensa isla, sobre todo porque tenemos que recorrerla a pie, y pasaremos por las ciénagas de las que se extrae oro o una ciudad costera, entre otros lugares. En el juego intervienen tres facciones y tendrás que tratar con todas ellas. Según las opciones que escojas, al final pertenecerás a una de ellas, con sus ventajas e inconvenientes.
Con dinero y experiencia, podremos ir pagando consejos de los profesionales de varios oficios, que nos enseñarán algunas habilidades, todas ellas útiles en algún momento, y algunas casi imprescindibles, como las de ladrón o las orientadas a mejorar la técnica de combate. En cuanto a esto último, nos enseñarán a realizar combos más potentes o a mejorar nuestra destreza con algún tipo de arma determinada. Mediada la aventura, la magia entrará en juego y también podremos valernos de ella para objetivos que serían imposibles de otro modo. Además, hay multitud de objetos por utilizar, en ubicaciones muy distintas, y algunas de las misiones en las que tendremos que hacernos con algún objeto en concreto sí que constituirán un buen reto.