Los más viejos del lugar recordarán que Transmeta fue la primera compañía en poner el acento en el ahorro de energía en computación. Después, Intel incluyó en sus chips la tecnología SpeedStep, que consiste en bajar el rendimiento (y el consumo) del procesador cuando no se necesita gran potencia de cálculo. Quince años después del frustrado intento de Transmeta, han demandado a Intel por el supuesto uso ilegítimo de diez patentes en todos sus micros, desde Pentium Pro hasta los modernos Core 2 Duo, de las que la principal está relacionada con el sistema de economización de electricidad. La compensación que solicitan en un tribunal estadounidense asciende a 100.000 millones de dólares, nada menos. Fuente:
News.com.