La comunidad de aficionados del viejo continente se tira de los pelos viendo cómo, una vez más, no se entienden ciertas políticas de empresas que hablan de un precio competitivo cuando la realidad es muy distinta. ThrustMaster indica que el precio europeo, de 429 €, más o menos 360$ al cambio, es extremadamente competitivo. De nuevo, los europeos tenemos que pagar más por el mismo producto, cargando nosotros con la reducción de costes que se da en U.S.A.