IBM mantiene la postura que asumió desde que se inició la demanda en marzo, de que no ha hecho nada que viole la licencia, según los portavoces de IBM. SCO se ha negado a decir públicamente qué código de Linux cree que viola sus derechos. Hace tres meses, la compañía, que entonces se conocía bajo el nombre de Caldera, demandó a IBM por 1.000 millones de dólares, afirmando que cancelaría la licencia de Unix a IBM en 100 días, si IBM no cumplía con las exigencias de SCO. Sin embargo, esa demanda se basa, no en violación de copyrights o patentes, sino en violación de acuerdos y de secretos comerciales.
En mayo, SCO envió cartas a 1.500 de las compañías más grandes del mundo advirtiéndoles que podrían estar violando su propiedad intelectual al usar Linux.
Posteriormente se dio a conocer que Microsoft había pagado hasta diez millones de dólares por una licencia de SCO, aunque Microsoft no distribuye ni Unix ni Linux, sino sus propios sistemas operativos de Windows que compiten con estos. ¿Pago de Licencia? ¿Financiación oculta? ... La verdad está ahí fuera, agente Scully.