Globe News publica que la fiscalía norteamericana ha conseguido una pena de 4 años de cárcel contra un joven hacker ruso, que desde su país natal se introdujo en docenas de sistemas informáticos de empresas yanquis, robando información confidencial. Las pérdidas se han cifrado en $25 millones. Para detenerlo, en noviembre de 2000 (tenía entonces 21 años) se le hizo una oferta de trabajo desde una corporación ficticia de Seattle dedicada a la seguridad informática, que en realidad era una tapadera del FBI.