Como comenté al principio, nos encontramos con un juego con gráficos que aunque bonitos y de estilo Victoriano, no son de la generación pasada, sino de la generación de los 16 bits o el 486. Un tipo de juego que podría hacerse perfectamente on-line en Flash o que hubiera tenido más éxito en la Nintendo DS.
El sonido se basa únicamente dos o tres melodías en violín, muy al estilo de la serie de televisión y las voces en inglés de los implicados en el caso y nuestro detective y ayudante, además de algún fugaz efecto sonoro al pulsar sobre un objeto.
Pero si algo es malo a rabiar, es la localización en castellano de este juego. No solo está muy mal traducido, sino que además todos los puzzles están en inglés, e incluso sus instrucciones. Además encontramos que los textos muchas veces no caben en la pantalla por lo que aparecen cortados e incluso después de una media conversación en castellano, nos salta con una parrafada en inglés.
Los menús, por supuesto, en inglés de Londres.
Entonces, ¿qué salva a este juego de su quema? Pues nada más y nada menos que la enorme adición que desprende y que después de unas pocas partidas, ya te apetece seguir buscando las diferencias casi a diario. Se trata realmente de un juego casual, de esos que nos tiene tan acostumbrado Nintendo en su Wii y su DS. Un juego que aunque técnicamente es paupérrimo, las cotas de diversión que alcanza son muy altas dejando el juego eternamente instalado en el sistema, tal como haríamos con cualquier solitario o buscaminas de Windows o un Sudoku o Shangai.
En conclusión. Un gran tirón de orejas para los creadores de este juego que de entrada, equivocaron la plataforma, siendo un juego más agradecido para la portátil de Nintendo. Después, una traducción al castellano pésima, un argumento cogido con pinzas y viendo los magníficos juegos que hay hoy en día de Sherlock Holmes, una compra indeseada, pues quien quiera juegos de buscar las diferencias, ya los hay a miles en Internet y gratis. Un pudo ser y no fue, pues si a este juego le hubieran añadido más fases, mejores gráficos, una traducción mínima al castellano y un mejor apartado sonoro, hubiera sido todo un éxito para la pequeña de Nintendo, pero nunca para PC.
