Análisis de Fable III (Xbox 360)

Carátula Fable III

Fecha de lanzamiento: 26 de octubre del 2010

Características: Xbox 360-Acción-Miscelánea-Rol-3º persona-Fantástico

Distribuidor: Microsoft

Desarrollador: Lionhead Studios

Precio: 64,95€

Manual: Español.
Textos: Español.
Voces: Español.

Código PEGI: 16+

Web oficial: Disponible

 

Imagen 20 de Fable III

Imagen 19 de Fable III

Imagen 18 de Fable III

Imagen 17 de Fable III

Imagen 16 de Fable III

Imagen 15 de Fable III

Imagen 14 de Fable III

Imagen 13 de Fable III

Imagen 12 de Fable III

Imagen 11 de Fable III

Jugabilidad

Al principio, Fable III resulta esperanzador. La eliminación de elementos en el panel de la pantalla, tales como energía, mapas y demás, hacen que el jugador esté más atento a la trama principal y a sus acontecimientos. Esta función está perfectamente lograda, pues cuando se hace necesaria la utilización de algún elemento, éste suele aparecer en pantalla. Así mientras luchamos, podremos visualizar un panel de utilización de magias y cuando nos hacen daño, uno de pócimas y comida. Pero según vamos adentrándonos en la aventura, vemos más similitudes con Fable II, quizás demasiadas, pareciendo en ciertos momentos más una actualización de la misma que una nueva aventura.

La realización de la trama principal, la interacción con los otros personajes, los sonidos, el ambiente, la utilización del mando, la realización de labores, el estar acompañados con nuestro perro que nos descubre tesoros y nos avisa ante los enemigos, es quizás demasiado similar a Fable II. Se pulen muchísimos fallos respecto a su predecesor, dando por resultado lo que debería haber sido FableII y no lo que esperábamos de esta tercera entrega. Al parecer, esta versión se empezó simultáneamente con su precuela, entreviéndose atisbos demasiado similares, tanto en aspecto gráfico como en jugabilidad.

Como diferencias sólo encontraremos detalles. Estos radican en un mayor contacto físico con los PNJ, aumentando considerablemente la calidad de las animaciones. Desgraciadamente estas acciones son mucho más parcas que las de Fable II y en poco tiempo se tornarán monótonas y repetitivas.

El guión es totalmente irregular. El inicio se sucede demasiado rápido, haciéndonos tomar una decisión con apenas elementos comparativos. El nudo, quizás la mejor parte de toda la historia, se sucede con altos y bajos, con situaciones verdaderamente atractivas e hilarantes, tales como la fase de salvar a la princesa, donde encarnaremos a un personaje de rol de tablero, pero que decae con otras fases totalmente repetitivas e insustanciales, en las cuales debemos ir a buscar un objeto enterrado o hacer de recadero. El desenlace sufre el mismo mal que el inicio, dando la sensación de falta de ideas y unas ganas enormes por acabar lo antes posible. Así cuando acabamos siendo monarca, nos encontraremos con un apartado desaprovechado y que el cambio se limita a elegir entre hacer un cambio en Albión o no hacerlo, con sus respectivas consecuencias en los fondos económicos de la corte y la población.

Las misiones secundarias recuerdan en demasía al Assassin’s Creed 2, pues se trata de una sucesión de acontecimientos similares. Esto es debido a que cuando alcanzamos la simpatía de un habitante de Albión, éste nos pide un favor para ser nuestro amigo (por el interés te quiero Andrés). Podemos realizar este favor, el cual consiste en una misión secundaria que puede ser desenterrar algo, entregar algo, pelearnos con alguien, ir a buscar a una persona y cualquier otra misión sencilla que se nos ocurra. Mucho más complicado es abrir las puertas demoníacas, que nos piden unas acciones especiales, que la realización de una misión secundaria, las cuales son de una sencillez parvularia.

También se ha simplificado considerablemente la evolución física del personaje con respecto a anteriores entregas, no pudiendo tener el aspecto grotesco y exagerado del que hacía gala Fable II, pero continuamos con esa tendencia que tiene Lionhead de hacer crecer a nuestro personaje si aumenta su fuerza física, algo completamente irreal.

Se echa en falta también una mayor variedad de peinados, tatuajes, vellos faciales y ropas, armamentos y enemigos, castrados en esta versión drásticamente.

Como novedad, nuestras armas, ridículamente limitadas, sufrirán una evolución física, reflejo de la actitud de nuestro personaje. Esta parte, de la cual Lionhead hace gala, es una pequeña evolución heredada de los atributos de Fable II, que aunque en esta versión la evolución se realiza más espectacularmente, las consecuencias finales son muy similares.

El cambio más grato y mejor realizado es sin duda el control del personaje en los combates; se ha conseguido fusionar con maestría el manejo de la espada o el martillo (según elijamos), las armas de tiro y la magia, llevándose esta última la palma e implementándose con maestría; permitiendo la realización de combos bastantes espectaculares, algunos de ellos con increíbles animaciones finales. Evidentemente contamos con una variedad muy mermada de magias.

También echamos de menos algunos elementos característicos de anteriores entregas, sobre todo el Coliseo, creándose un parche que malamente lo imita en la zona industrial.

El paso de la aventura de tipo rol-acción, a un juego de acción con toques de aventura no lo ha beneficiado demasiado. Además se ha simplificado exageradamente y la dificultad adquiere niveles irrisorios, pudiendo acabarnos el juego sin morir ni una sola vez y sin que ningún enemigo nos cauce demasiados problemas.

Las decisiones, aunque no son tan radicales como en los primeros juegos y alcanzan mayor tonalidad de grises entre el blanco y negro de la primera y segunda parte, no nos harán dudar ni un solo momento, ni nos plantearán duda alguna. Si de esta manera intentan asemejarse a la complicada vida de un héroe o un monarca, me parece que el camino es erróneo, pues en la vida real, las decisiones más simples no son tan claras ni tan extremistas, ni son blancas o negras. Aquí debería haber un abanico de opciones aún mayor.

Conclusión

Fable III no es un mal juego, ni mucho menos. Pero es demasiado similar a su antecesor y no nos aporta nada nuevo. Intenta innovar con cambios radicales que finalmente se quedan en el tintero y no son más que un ligero lavado de cara.

El nivel gráfico no tiene apenas cambios. No notamos la evolución en esos dos años que todos esperábamos.

Se agradece la larga jugabilidad que tiene, al haber varios finales alternativos (no sólo dos) y la consecución de logros, como abrir todas las puertas demoníacas, con menor cantidad que en los otros dos juegos, conseguir libros, llaves para abrir cofres, flores o destruir los gnomos, lo cual puede hacer de Fable III un juego para varios meses.

Quizás el calificativo más acertado para este juego sería el de Hype.

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Horas jugadas: 9

Jugabilidad: 7.5
Gráficos: 6.5
Música y sonido: 10
Modo multijugador: 9
Edición española: 10
Historia: 6.5
Nota final: 7.5

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